Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Cádiz, a diferencia de Roma, no llega a ser la "ciudad eterna", pero su condición de trimilenária, le permite en este año de gracia de 2017, de celebrar hasta tres centenarios: los 150 años de Diario de Cádiz; los 300 desde el traslado de Sevilla de la casa de Contratación y los 400 del inicio de las obras de la iglesia conventual de San Agustín, que se terminaría 30 años más tarde. Los padres de la Orden Sagrada Agustiniana (OSA) llegaron a Cádiz en 1593 y como no disponían de alojamiento propio, vivían en fondas y pensiones. Una vez terminado el convento, que se componía del templo y del claustro anexo, recuperaron su vida en comunidad. Durante muchos años el edificio anexo estuvo dedicado a un instituto de enseñanza media, Nuestra Señora del Rosario, en el que recibieron educación muchos gaditanos.

Los agustinos estaban orgullosos de su templo, cuya obra se remató con la portada de estilo manierista que encargó en Génova, Sancho de Urdanibia, rematada con la estatua de San Agustín y en la que el retablo mayor, neoclásico, de Pedro Albizu se construye en 1783. Este templo constituye la sede de dos cofradías de penitencia de las más representativas de la ciudad: la de Humildad y Paciencia (1677) con el Cristo sedente que talló Jacinto Pimentel ("Pimentel me fecit", reza el papel que se encontró en el interior de la imagen) y la del Cristo de la Buena Muerte (1894) considerado el mejor crucificado de la Escuela sevillana, sin atribución documentada, que pudiera ser debido a la gubia de Alonso Cano, que trabajó en el convento, encargado por la Orden para su enterramiento, vendido en pública subasta cuando la desamortización y adquirido por la familia Casanova, que lo devolvió a los agustinos. Las cofradías tienen como cotitulares a la Virgen de la Amargura, debida a Sebastián Santos y la del Mayor Dolor, atribuida a Vergara.

Para mí esta iglesia significa mucho por mi condición de hermano de la Buena Muerte y procuro visitarla cuando estoy en Cádiz. Conocí al P. Salvador, y traté mucho al P. Leandro. Hoy hay 4 religiosos, siendo el párroco el P. Marcos Peña. Siempre se han llevado bien con las cofradías, que se comportan y desarrollan su pastoral con los grupos de jóvenes cofrades y con las madres de Santa Mónica. Escribiendo estas líneas recuerdo los años 70, cuando Pepe Barreiro era Mayordomo de la Buena Muerte y Parodi de la Humildad. Antonio Grosso Burnhan era el hermano mayor en esos años. Inauguramos Casa de Hermandad; la bis era la Cervecería de Diego Mena. Para todos mis recuerdos, necesitaría el Diario entero. Feliz aniversario.

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