El 6 de Enero de 1979, Antonio Ramírez y su novia Hortensia González tras salir de una sala de fiestas de la localidad guipuzcoana de Beasáin subieron a su coche camino del casa cuartel en donde ambos residían: Antonio en su condición de guarda civil y Hortensia de vacaciones en el domicilio de su hermana casada con otro agente del cuerpo. Eran las tres menos cuarto de la madrugada cuando Antonio arrancó su R-5 color naranja y tras recorrer apenas doscientos metros se detuvo en un stop. En ese momento, dos hombres armados se colocaron en los laterales del vehículo y ametrallaron a la pareja, vaciando sus cargadores en una acción que apenas duró unos segundos. Los dos jóvenes murieron en el acto: Antonio recibió ocho impactos de bala y Hortensia diez. El cuerpo inerte de Antonio se desplomó sobre el volante haciendo sonar el claxon durante más de media hora sin que nadie de las muchas personas que en esos instantes salían de la sala de fiestas se acercase para socorrerles. Los autores del doble asesinato huyeron en un automóvil en el que les esperaba un tercer terrorista y que había sido robado a punta de pistola a una pareja de jóvenes que maniataron y amordazaron en las proximidades del cementerio del pueblo.

El funeral se celebró en el Hospital Militar de San Sebastián, el mismo día de Reyes. Los féretros cubiertos con la bandera española y con un tricornio sobre el del guardia civil fueron introducidos en dos furgones: uno con destino a Tarifa, donde había nacido Antonio, y otro hacia San Roque pueblo natal y residencia de Hortensia y su familia.

En aquella época la actividad de ETA era compulsiva y las fuerzas de seguridad no daban abasto para resolver tantos atentados y crímenes. A los dos meses y tras una investigación superficial el caso fue archivado por "falta de autor conocido". Antonio tenía 24 años y llevaba tres destinado en el País Vasco, Hortensia acababa de cumplir 20 . La pareja tenía pensado contraer matrimonio en breve. El denominado caso de "los novios de Cádiz" es uno más de los 300 asesinatos no resueltos de la banda terrorista ETA. La Fundación Villacisneros (el nombre alude al último territorio del que se arrió la bandera española, en el deseo de que, por más chantaje o presiones que se le hagan a la Nación, tal cosa no vuelva a ocurrir) se ha propuesto -en contraste con la actual tendencia al olvido- reavivar los sumarios de estos 300 casos que duermen en el limbo judicial. El de "los novios de Cádiz" es el primero que la Audiencia Nacional ha decido reabrir. Mientras tanto la anciana madre de Antonio sigue acudiendo a rezar sobre la tumba de su hijo... en aquel mismo R-5 naranja.

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