El Tribunal Constitucional alemán rechazó ayer ilegalizar al neonazi Partido Nacional Democrático (NPD) por considerarlo demasiado endeble para lograr su propósito de socavar el orden democrático e instó a combatirlo con la fuerza de la Policía y la Justicia.
El TC desestimó por unanimidad de sus ocho jueces la demanda de la Cámara Alta (Bundesrat), que solicitó la prohibición del partido y de sus "camaraderías" apéndices y, por extensión, el fin de la financiación pública -1,3 millones de euros anuales- a una formación tachada de "heredera" del nacionalsocialismo de Adolf Hitler.
El Constitucional, con sede en Karlsruhe (oeste), consideró probado que, "por su concepto político", la formación "desprecia la dignidad humana" y "no es acorde con los principios democráticos", según la sentencia leída por su presidente, Andreas Vosskuhle.
Admitió que "sus miembros" incurren en delitos criminales, como intimidación a políticos comprometidos con la acogida de refugiados, ataques contra centros de asilados y agresiones físicas, además de instigar al odio contra judíos, musulmanes o gitanos.
También había denunciado sus postulados propagandísticos, en los que se aboga por una Alemania "étnicamente definida", se apuesta por expulsar de Europa a todos los musulmanes y se califica de "banda de negros estafadores" o "degenerados" a los refugiados.
Sin embargo, el TC consideró que "no se vislumbra que puedan llevar adelante sus objetivos anticonstitucionales", debido a la mínima capacidad operativa de un partido que, hoy por hoy, no llega a los 6.000 militantes y al que no se reconoce potencial electoral.
El Constitucional degradó al NPD al nivel de formación insignificante -en las generales de 2013 obtuvo un 1,3% y nada apunta a que remonte esa situación, destacó la sentencia-, "sin peso" para lograr sus fines.
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