El Gobierno italiano se enfrenta hoy en la Cámara de los diputados al voto de confianza, que ha pedido el primer ministro, Romano Prodi, para verificar si cuenta con el apoyo suficiente para seguir gobernando, y que superará sin problemas, según las primeras cuentas.

Prodi decidió someterse al voto de confianza en el Parlamento después de que sus aliados democristianos de la Unión Democráticos para Europa (UDEUR) decidiesen retirarle el apoyo, por lo que el Gobierno perdía la mayoría en el Senado.

En la Cámara de los diputados, la coalición gubernamental puede contar con 329 votos a favor, mientras que votarán en contra los catorce diputados del UDEUR y los 287 diputados de la oposición.

La votación de hoy parece un mero trámite y la atención se concentra en el Senado, donde se barajan todas las combinaciones posibles en el intento de conocer si Prodi salvará su Gobierno.

En el Senado, la coalición gubernamental contaba hasta ahora con sólo dos escaños de ventaja, entre ellos los de los tres senadores de la UDEUR, que reiteraron su intención de votar en contra.

No obstante, Prodi puede contar también con los votos de algunos senadores vitalicios que han decidido apoyarle como Carlo Azeglio Ciampi, Emilio Colombo, Rita Levi Montalcini, Oscar Luigi Scalfaro y Giulio Andreotti, mientras que Francesco Cossiga se muestra indeciso.

Otro de los senadores vitalicios Sergio Pininfarina no suele acudir a las votaciones pero se desconoce si esta vez querrá participar.

Además, los diarios explican que en estas horas, Prodi estaría intentando convencer a uno de los senadores del UDEUR Nuccio Cusumano para que vote la confianza.

Aun así, la victoria en el Senado parece muy difícil y por ello se empieza a discutir sobre qué ocurrirá tras la caída de Prodi.

El ex presidente del Gobierno y líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, junto con sus aliados en la oposición Alianza Nacional y Liga Norte, piden la celebración de elecciones en primavera.

Pero también surge con fuerza la idea de un Gobierno técnico de transición capaz de realizar algunas urgentes reformas, como la nueva ley electoral, y que apoyan tanto los democristianos en la oposición del UDC como Refundación Comunista.

Aunque la decisión final la tomará, tras oír a todas las partes, el Presidente de la República, Giorgio Napolitano