Bajo el lema feminista Personal & Político, Aurora Luque (Almería, 1962) publica una colección de poemas inéditos, sin abandonar sus referencias al mundo clásico, y con los que sugiere que lo individual depende en última instancia de "cómo se articula el poder en nuestra sociedad".

"La torre de marfil nunca es posible, pero ahora mucho menos, ahora los poetas y escritores están más inmersos en los problemas cotidianos de nuestra sociedad", explica la escritora.

Personal & político, publicado por la Fundación José Manuel Lara, contiene condiciones feministas, pero no es un libro monotemático, es "lo personal y lo político aplicado a la propia poesía", precisa la autora, que asegura que en poesía, "lo personal es político y lo político es personal".

La escritora, traductora y profesora de griego clásico cree que hay cierta obligación a "dar cuenta de esa corrupción del lenguaje", en un momento en el que, a pesar de que el acceso al lenguaje escrito es mayor, "hay un mayor deseo del poder del control de ese lenguaje escrito".

Muchos de los poemas son parte de notas tomadas por la autora pensando en un futuro diario de viajes que nunca termina de redactar, y que se dividen en Cuaderno del Sureste, que recoge experiencias desde su tierra y Cuaderno Vieja América, en el que predominan los poemas con referencias a Estados Unidos.

"La etiqueta de nuevo mundo me parece que no cuadra con una América que por el cine, la literatura, la experiencia y el conocimiento que tenemos de ella, es casi una extensión de la vida y los problemas europeos", matiza Luque sobre el calificativo que se da al conocido como "Nuevo mundo". Poemas más largos, narrativos y flexibles de lo que acostumbra una autora que se siente "más libre" de introducir lo que le apetecía, y no lo que se esperaba de ella. "Esa asociación automática entre Aurora Luque-mundo clásico molesta", confiesa Luque, quien cree que su poesía es "algo mas completo".

Entre los poemas del libro se incluye una parodia sobre Steve Jobs y el "endiosamiento de los soportes", una crítica irónica de esa devoción colectiva por algo que no deja de ser una herramienta y una serie de poemas sobre personajes televisivos, que define como "personajes trágicos".