Cultura

Diego Bonillo muestra en la sala Carmen de Burgos 'Glorificaciones tribales'

  • El pintor de Huércal Overa expone sus últimos trabajos

La sala de Arte Carmen de Burgos siguiendo con su propósito de promover el arte contemporáneo desde el corazón del parque natural del Cabo de Gata de Almería, inauguró anoche la exposición Glorificaciones tribales, proyecto del artista, Diego Bonillo.

Diego Bonillo es un pintor con una larga trayectoria, jalonada por numerosas exposiciones individuales y colectivas, nacionales e internacionales, marcadas por la búsqueda incesante de una voz propia en la que pueden hallarse influencias de corrientes tan diversas como el expresionismo, la abstracción lírica, la pintura matérica, y otras. Porque si hay algo que el pintor huercalense nunca ha querido renunciar ha sido a la libertad creadora.

Esta muestra, que lleva por título Glorificaciones tribales es un magnífico ejemplo de cómo en la trayectoria de Diego Bonillo aparece ya desde sus inicios, la gran preocupación por ir incorporando elementos característicos de los movimientos de vanguardias y que van desde un cierto realismo fantástico, donde se perciben volúmenes de esos mundos oníricos, poblados de princesas, bufones y meninas, tan característico en su obra, a una disolución casi total de esos perfiles, apenas soñada e intuída, cargada de un lirismo que encuentra cobijo en los trazos desdibujados y amplios, con una composición armónica y una utilización de colores fríos y cálidos que nos llevan a una paradójica sensación de apacible desasosiego.

El interés de la pintura de Bonillo no está, como pudiera parecer, solo en su cualidad representativa, imitativa de la figuración surrealista, sino en su elevada calidad matérica, la minuciosidad con que están trabajadas sus texturas, sin artificios, con la paciencia y el cuidado de quien ama verdaderamente el oficio. Y, pintados como están sobre material preparado por el propio artista, sus cuadros desnudos no pueden dejar de traslucir, las propiedades de ese soporte orgánico, cálido y palpitante, algo que el artista se compromete a respetar más en su actual y original obra.

"Quizás estemos ante la mejor, más extensa y representativa muestra del trabajo del autor en los últimos años. Una ocasión única para seguir interrogándonos, complacidos, mientras nos dejamos llevar por las múltiples propuestas que hacen de Diego Bonillo un artista brillante y pasional, comprometido con su entorno y su oficio asegura Carles Puiggené.

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