Cultura

Emilio Calderón gana con 'El judío de Shanghai' el Premio Fernando Lara

  • El malagueño ambienta su novela en el periodo convulso de la Segunda Guerra Mundial · El escritor, con una larga carrera en la narrativa juvenil, dio el salto a la literatura adulta con 'El mapa del creador'

El escritor malagueño Emilio Calderón ganó ayer, en una cena celebrada en el Real Alcázar sevillano, el Premio de Novela Fernando Lara con El judío de Shanghai. La ficción se ambienta en la Segunda Guerra Mundial y está protagonizada por el cónsul español en Shanghai, en un periodo convulso en que los japoneses mantienen ocupada la ciudad.

"Se trata de una novela de amor, pero no tanto de pareja como de amores cruzados", explicó su creador. Calderón ve el libro como "una novela de personajes", en el que reconoce su predilección por los retratos femeninos, debido al "papel que jugaba la mujer en la guerra".

El novelista alumbró la idea de El judío de Shanghai cuando, hace un par de años, visitó esta ciudad y supo que había existido un gueto. A Calderón le despertó la curiosidad conocer que "fue el único gueto judío que no estuvo en manos de los nazis" y que además confinaba a judíos sin pasaporte "mientras los de origen ruso podían pasear por la ciudad".

Calderón (Málaga, 1960), historiador y fundador de la editorial Cirene, se impuso con El judío de Shanghai a otras 222 novelas presentadas a este premio, que tiene una dotación de 120.200 euros. El jurado que se decantó por el texto ganador estuvo compuesto por Ángeles Caso, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Antonio Prieto y Carlos Pujol. Para el último, el libro "recrea una época interesantísima y un ambiente exótico maravillosamente reconstruido. Tiene ese perfume de emoción, de peligro, que lo hace admirable".

Calderón ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria literaria en el terreno de la narrativa infantil y juvenil. En este campo, ha editado una docena de libros, entre los que se encuentran La momia que me amó, Continúan los crímenes en Roma, Roma no paga traidores, El último crimen de Pompeya y El misterio de la habitación cerrada.

La inocente pregunta de un niño, que le cuestionó por qué no escribía "para adultos", favoreció un cambio en su producción literaria. "Aquel niño me avivó una herida, y me sentí un medio escritor", confiesa.

Curiosamente, El mapa del creador (Roca Editorial), la obra con la que el autor dio el salto a la literatura para adultos, ya describía los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Calderón expresaba ayer su fascinación por este episodio porque demuestra que "todos llevamos el mal dentro, todos somos buenos hasta que sale lo contrario. Todos tenemos esa ambivalencia". Y no cree que las lecciones de la Historia corrijan el rumbo de la humanidad. "Soy pesimista al respecto. Creo que llegará otro salvapatrias y acabaremos repitiendo lo mismo de siempre", declara el escritor.

Además del Fernando Lara, la Fundación José Manuel Lara entregó ayer otros galardones: el Manuel Alvar de Estudios Humanísticos, que reconoció el trabajo de la profesora Amelina Correa Alejandro Sawa, luces de bohemia; y el Antonio Domínguez Ortiz de Biografía, por el texto del sevillano Francisco Socas Séneca, cortesano y hombre de letras.

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