Cultura

Épica hebrea a medio gas

El norteamericano Stephen Endelman (El hombre que subió una colina y bajó una montaña, Evelyn) es el encargado de insuflar emoción postiza y aires hebreos a esta película sobre la fundación del Estado de Israel. Su desigual partitura nos trae melodías simplonas, obvios crescendos y arreglos de andar por casa que no consiguen disimular la limitación de no haber podido contar con una gran orquesta sinfónica. Cualquier comparación con la música de Ernst Gold para Éxodo resulta odiosa.

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