Cultura

El IEA edita una antología poética del antense Antonio Jesús Soler Cano

  • La obra ha sido preparada por José Antonio Sáez y Juan José Ceba por expreso deseo de María del Carmen Soler, hermana del poeta fallecido

El Instituto de Estudios Almerienses (IEA) acaba de editar una Antología poética de Antonio Jesús Soler Cano titulada Bajamar de una sombra. Antología poética de Antonio Jesús Soler Cano.

La obra poética de Antonio Jesús Soler Cano (Antas, 1946-1990) supone una interesante aportación a la poesía almeriense a lo largo de las décadas de los setenta y los ochenta, aunque su última entrega, Para cruzar el laberinto, se publicó en 1990, año de su fallecimiento.

Es la suya una poesía testimonial y comprometida, que aborda como temas predominantes de su quehacer lírico, el amor, la amistad, la tierra nativa, su experiencia carrilana y el compromiso político en la lucha contra el franquismo.

En cierta manera, se puede afirmar que fue un precursor de la llamada poesía de la experiencia, pues su vinculación con los novísimos resulta muy escasa. Obra de hondas emociones y autenticidad encomiable, sincera y valiente, viene a ofrecer un testimonio fidedigno de la época y el tiempo que le tocó vivir.

En su evolución, el poeta caminó de la mano de García Lorca, Vicente Aleixandre, Cernuda, Kavafis y Hölderlin, entre otros, hasta lograr una voz propia que se hace diáfana en sus últimos libros, a pesar de su prematuro fallecimiento cuando sólo contaba con 44 años de edad.

Esta antología poética, preparada por José Antonio Sáez y Juan José Ceba, por expreso deseo de su hermana, María del Carmen, tiene el interés de dar a conocer al público lector una muestra significativa de lo que fue su obra.

Con la particularidad de que el lector de la antología comenzará su lectura partiendo de los últimos textos escritos por el poeta, llegará a sus inicios en sentido inverso al de la vida humana; consciente de que, de este modo, podrá observar su evolución desde el estuario del río a su nacimiento.

Antonio Jesús Soler Can fue el cuarto de los cinco hermanos nacidos en el seno de una familia de clase media. Después de realizar los estudios primarios en un colegio de religiosas de Antas y los de bachillerato en Almería y Granada, se matriculó en la Escuela de Peritos Industriales de Sevilla y de allí se trasladó a Alcoy, donde cursó estudios de Ingeniería Técnica Industrial Química.

En esta ciudad alicantina surgió en él su concienciación política y se convirtió en un significado combatiente en la lucha antifranquista, lo que le supuso realizar el servicio militar como represaliado político.

Tras llevar durante unos años una vida bohemia y vagabunda -como poeta carrilano se definía él mismo-, a finales de los años setenta regresó a Almería para trabajar en varios institutos como auxiliar administrativo y conserje. Con el paso de los años contrajo una grave enfermedad (cirrosis hepática) que, unida a la diabetes y, finalmente, a una dolencia cardíaca, le llevaron a refugiarse en su pueblo natal, Antas, donde falleció en 1990, a la edad de 44 años.

Admirador de los poetas del 27, de la poesía social y, especialmente, de L. Cernuda y K. Kavafis, su obra poética la conforman once títulos. A la década de los años 70 pertenecen Antas siempre (1974), Crepúsculo de amor (1974), Desde el umbral del adiós (1975), Raíces de estío (1977) y Atardecer en las hojas (que difundió en copias ciclostiladas).

En la década de los años 80, Antonio Jesús Soler Cano publicó Nueve poemas de otoño (1982), Perfil de silencios (1982), Como una despedida (1983),Labios de azul (1984), Primavera herida (1985) y Para cruzar el laberinto (1990).

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