Nacho Puell inicia su trayectoria artística en el universo de la restauración de obras de arte en el que deja su huella durante más de treinta años de dedicación, como prueban los dos premios Europa Nostra que le son otorgados por su labor en el Palacio de Monterrey y en el Convento de las Claras de Salamanca.
Su paso a la pintura, fundamentalmente óleo y acuarela, es consecuencia de la evolución en el concepto de transmitir su experiencia a través de la docencia. Así, desde hace algunos años se dedica a impartir clases de pintura en Mojácar.
Es tremendamente significativa la depurada técnica de su acuarela, que resuelve sin aplicar ningún "truco", fruto de estudio y constancia que raya la obstinación, y que ha sido ampliamente reconocida por la exigente escuela inglesa de acuarela. Por otra parte, la figura humana, tanto en acuarela como en óleo, es casi una constante en sus pinturas.
En la obra pictórica de Ignacio Puell, destaca, de otro lado, la luminosidad y la profundidad que imprime a sus cuadros mediante una profunda investigación de las tonalidades del cielo en los paisajes que reflejan su entorno: playa, gaviotas, el mar, Mojácar.
La muestra se puede contemplar hasta el próximo día 10.
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