José Rodríguez Vázquez nació en Montpellier en 1971, en una familia gitana de emigrantes. En su casa habitaba el flamenco y José tenía diez años cuando su padre puso en el tocadiscos la voz de Camarón. A esa edad, algunas cosas se quedan dentro. Años más tarde, José aprovechó uno de sus viajes y se quedó a vivir en España, en Madrid, en el barrio de San Blas, en el poblado de Los Focos. Y se convirtió en José el Francés.

Tuvo que esperar hasta 1999 para tocar el éxito con el disco Alma, por el que recibió el Premio Amigo a Mejor Álbum de Flamenco, "pero yo no pienso en ventas, sólo necesito sentirme a gusto", dice José. En 2002 publicó el álbum Jugando al amor y tres años más tarde, Agua de esperanza. Con la canción Me sobra la fe como presentación y primer single del álbum, las diez canciones de Agua de esperanza fueron la confirmación de ese estilo del que José el Francés es pionero y modelo.

Una mezcla de estructura musical pop y un eco de jondura flamenca que sólo puede darse en España. Agua de esperanza es la maduración de una música única, genuina y enraizada. La que siempre sintió José el Francés. Ahora con más ganas que nunca y de gira, está grabando su próximo disco, que saldrá en próximas fechas. Un artista genuino y muy característico que gusta mucho.

Hay una gran expectación por ver de nuevo a José El Francés, que hacía mucho tiempo que no venía por tierras almerienses. Este gitano de una voz prodigiosa está trabajando muy duramente en su nuevo disco que verá la luz próximamente. De momento, la cita es esta noche en el Parador con José El Francés.