Cultura

José Sacristán cuenta con una butaca de honor en el Auditorio de El Ejido

  • El consistorio le rindió homenaje por sus 60 años de trayectoria profesional con una placa en una butaca de la fila 14 de la platea

El Teatro Auditorio de El Ejido lleva, desde el sábado, el nombre del actor madrileño, José Sacristán, en una de sus butacas del patio, concretamente, en la fila 14 del nivel A. De esta forma, el artista se convierte en el primero de los actores españoles en contar con este sitio de honor dentro de este espacio escénico del municipio.

Aunque no será el único, puesto que está previsto que, también, se conceda este reconocimiento a Concha Velasco el próximo día 18 de junio durante su participación en esta trigésimo novena edición del Festival de Teatro.

Con estas butacas de honor, el área de Cultura del Ayuntamiento de El Ejido quiere rendir homenaje a dos de los grandes actores que tiene nuestro país. Y lo hace en base a esa gran trayectoria profesional que atesoran y, sobre todo, a todos esos éxitos, premios y galardones que han conseguido a lo largo de esas más de seis décadas que ambos acumulan sobre los escenarios.

Asimismo, el Consistorio pretende reconocer con este gesto el apoyo y respaldo, que tanto Sacristán como Velasco, han otorgado al Festival de Teatro de esta ciudad, al que han acudido en numerosas ocasiones con distintas obras y papeles.

El propio Sacristán fue el encargado de descubrir junto al concejal ejidense, José Andrés Cano Peinado, la placa que se ha ubicado en esa butaca del patio del Auditorio. Lo hizo entre los aplausos y las felicitaciones de un público que llenaba el aforo y que desconocía esta sorpresa que fue anunciada por parte del edil ejidense al término de la obra Muñeca de Porcelana.

El actor madrileño agradeció al Ayuntamiento ejidense este reconocimiento, a la vez que alabó el Festival de Teatro que, en estos días se celebra en la ciudad, refiriéndose al hecho de mantener vivo y en auge esta cita con las artes escénicas durante tantos años y destacando que vaya ya camino de cumplir cuarenta años.

Sacristán, que no dudo en decir que estará en ese aniversario el próximo año, levantó al término de su obra a todo ese público que el sábado casi completaba el aforo y que disfrutó del magnifico papel que dicho actor realizó en la piel de Mick Ross, un millonario en la cima del poder.

La del sábado fue una historia inicialmente sencilla que presentó a un empresario rico y bastante maduro que quiere retirarse con su joven amante y que acaba enredándose por las relaciones, a veces equívocas, entre el poder económico y político.

Con ella, el actor madrileño, en estado puro, volvió a brillar sobre el escenario con un papel tan difícil como realista. Y es que, como el mismo personaje dice en la obra, todo comienza por una mujer y se desata por las ambiciones, la corrupción y la propia codicia.

El empresario Ross (Sacristán), que lo domina todo, lo sabe todo, está de vuelta de todo, que no tiene secretos que le puedan perjudicar o que derrocha lecciones de sabiduría con su mano derecha Carson (Javier Godino), empieza a caer en desgracia al tambalearse todo su mundo, su fortuna y hasta su prestigio.

Sacristán dibujó con llamadas de teléfono personajes, que sin verlos, completaron esta historia en la imaginación de un público asistente al que adentró en las entrañas del poder político y empresarial para reflejar la fuerza y la fragilidad que, al mismo tiempo, se pueden dar en las comunicaciones existentes entre estos poderes. Con mensaje claro y seco que en torno a cómo éstas pueden cambiar y transformar para bien o para mal las distintas sociedades.

Por todo esto y mucho más se pude decir que no dejó indiferente el sábado en El Ejido José Sacristán a su fiel público, el cual brindó al actor una gran ovación llena de aplausos en reconocimiento a su magistral interpretación en la misma y a ese final abierto que, quizás, suscitó para la sobremesa el debate, la reflexión y análisis de los asistentes sobre muchos de los aspectos de la sociedad actual que en la obra se reflejó.

Sin duda, fue una noche fascinante para el publico y para José Sacristán, un actor que deja huella y que es uno de los mejores de la escena en España.

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