Cultura

El Kanka conquista al público con un divertido concierto a la carta en el Apolo

  • La velada se completó con una entrevista en escena por Alfredo Casas y por la actuación de Brasi, que cantó temas de su nuevo disco

El Kanka en el ciclo 'Palabra de músico' fue entrevistado por Alfredo Casas.

El Kanka en el ciclo 'Palabra de músico' fue entrevistado por Alfredo Casas. / diario de Almería

Si el Teatro Apolo de la capital tiene, ya de por sí, un encanto muy especial y muy valorado por los almerienses, todas sus fortalezas se ven potenciadas con los conciertos del ciclo Palabra de Músico. Un formato intimista y de total conexión entre el artista y su público, que permite la realización de una entrevista previa a la actuación acústica del artista y que el viernes tuvo como protagonista al cantautor malagueño El Kanka.

Una cita, organizada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería, con producción de Kuver, para la que se agotaron todas las localidades.

La velada comenzaría con una breve actuación del almeriense Brasi que, tras despachar las 500 copias realizadas de su Marcaje al hombre ya se encuentra trabajando en lo que será su segunda entrega discográfica.

Acompañado por José Luis Miralles a la guitarra, Brasi adelantó dos canciones que formarán parte de dicho álbum, Ciudades perdidas y Tonteando el terreno, que encierran esa sonoridad tan cercana a la propuesta artística de gente como Pereza, Leiva, por derivación, o incluso hasta el mismísimo Joaquín Sabina. La conocida Lo mejor de mí, de su 'ópera prima', cerraría su corta pero aprovechada actuación.

Con un curtido Alfredo Casas como encargado de la entrevista, El Kanka hizo gala de un enorme sentido del humor en cada una de las preguntas realizadas tanto por el periodista almeriense como por seguidores que pudieron grabar sus dudas en la calle.

El malagueño desveló su devoción por Óscar Wilde, "con el que me iría de cañas", por Jorge Drexler, al que eligió como dueto soñado y también por las playas almerienses de Las Negras. Uno de los puntos fuertes de 'Palabra de Músico', pues permite crear un ambiente de complicidad, vino mediante, que luego tuvo una manifiesta continuidad en el concierto propiamente dicho.

Una actuación que arrancaría con la canción más joven de su repertorio, Andalucía, estrenada hace apenas unas semanas, y que sirvió de punto de inicio de un viaje improvisado al calor de las peticiones populares que se pronunciaban desde el patio de butacas y el anfiteatro, recorriendo así de manera generosa distintos puntos de sus tres discos hasta la fecha: Lo mal que estoy y lo poco que me quejo (abril, 2013), El día de suerte de Juan Gómez (abril, 2014) y De pana y rubí (noviembre, 2015).

Canciones que oscilan entre el bolero clásico remozado de modernidad andaluza, como 'Confesión', o la influencia manifiesta de autores como Lichis o Roberto Iniesta en Qué bello es vivir, con un falsete muy Calamaro. El trayecto continuaría con la utópica Volar y la silbada Vengas cuando vengas o la pomposa y mortuoria Canción final.

Haciendo gala de una capacidad pulmonar que en ocasionas rozaba el límite de lo saludable, El Kanka haría gala de 'flow' con el 'buenrollismo' de Refunk o Mealegra la vista. La veloz Ante la Duda serviría de preludio perfecto para la enérgica y contestaría A Desobedecer, de aires skatalíticos, que dieron paso al romanticismo de Para quedarte.

Y es que El Kanka pertenece a esa generación que, como Antílopez o Rozalén del lado femenino, no entiende de límites estilísticos y fusiona en sus creaciones numerosas influencias con un fino punto irónico. Es el caso de A dieta de dietas que de nuevo levantó los ánimos del respetable, que se rindió acaramelado con Canela en rama y Rin Rin.

Para el bloque de los bises se reservarían las bulliciosas Llámame fino y No jodan la marrana y las esperadas Del miércoles al martes y Me gusta, colofón a un concierto que hizo las delicias de los asistentes, con la naturalidad de quien se muestra en el escenario con la misma transparencia con la que se mueve por la vida. Un gran concierto.

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