La delegada de Cultura, Isabel Arévalo, inauguró ayer en el Museo Arqueológico la exposición de pintura del artista noruego Kjell Pahr-Iversen. La exposición permanecerá en el Museo hasta el próximo día 9 de junio.

El Museo de Almería, en colaboración con la Fundación Kjell Pahr Iversen, exhibe una interesante exposición temporal que permite admirar la obra de uno de los artistas más representativos de la pintura noruega de la segunda mitad del siglo XX.

La muestra, itinerante, es una retrospectiva de la vida artística de su autor. En ella se incluyen un total de 60 obras que datan desde 1964 hasta nuestros días, tal y como explicó el comisario de la exposición y representante de la Fundación Kjell Pahr Iversen, Lau Albrektsen.

El pinto Pahr-Iversen, nacido el 22 de diciembre de 1937 en la localidad de Stavanger, ciudad portuaria del suroeste de Noruega, ofrece en sus obras fuerza, colorido, dinamismo y simbolismo. Fue víctima de un accidente con pistola en 1945 , quedando su cara desfigurada y perdiendo el ojo derecho.

En 1957 fue alumno de la Escuela de artes y oficios de Bergen en la sección de artes gráficas. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Copenhague en la sección de artes gráficas, residiendo en la casa del grabador Povl Christensen y conociendo a los prestigiosos grabadores Holger Jensen y Palle Nielsen.

En 1959 debuta en el salón anual de la costa oeste que acepta dos de sus diseños. En 1960 termina la serie Las lamentaciones; expone en Stavanger sus diseños grabados al agua fuerte y madera y gana la beca de la villa de Stavanger.

Fue alumno de la academia de Bellas Artes de Amsterdam, en 1961 en la sección de Artes gráficas. Se fascinó por la colección expresionista americana del Stdelijk Museum y desarrolló una técnica particular, por la cual la técnica de imprimir se aplica sobre el papel con un rodillo y una brocha.

En 1962 se marcha a Londres donde empieza a estudiar escritos antiguos y partituras musicales del British Museum, especialmente Mozart. Estudió en la Slade School of Art y fue un entusiasta de las tablas de San Francisco. En Londres, 1964, empezó la serie de sus pinturas de Partituras y Música de una habitación vecina.