Cultura

La Semana de la Memoria reivindica al escritor almeriense Abel Paz

  • El periodista Miquel Carmona dio una charla sobre este escritor poco conocido en la ciudad, que falleció hace dos años y que fue un gran luchador antifascista

La Semana de la Memoria comenzó el pasado lunes 11 abril con la conferencia Abel Paz: escritor almeriense y biógrafo de Durruti a cargo del periodista barcelonés Miquel Càrmona afincado actualmente en Níjar y que está realizando la biografía del escritor.

Abrió el acto Fernando Díaz Haro, organizador de la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM), quien tras repasar el programa de la Semana "que se ha debido adelantar por la coincidencia de fechas con las elecciones municipales", pasó a reivindicar la figura y la obra de este enigmático escritor, del que dijo "nuestra ciudad no puede olvidar más la aportación como historiador, luchador antifascista y libertario de su vecino del barrio de Los Molinos Diego Camacho, conocido mundialmente por el nombre de escritor, Abel Paz".

Seguidamente, Miquel Càrmona, comenzó su exposición ante un público que abarrotaba la sala, entre los que se encontraban antiguos cenetistas, amigos que habían conocido a Abel Paz e incluso un excombatiente, Antonio Segura, que luchó en el frente de Teruel con solo 16 años y el mismo líder anarquista Buenaventura Durruti le dio un abrazo.

En el mes de abril de 2009 fallece en Barcelona el destacado historiador y escritor anarquista almeriense Abel Paz, (Almería 12 de agosto de 1921). Nació con el nombre de Diego Camacho Escámez en el barrio de Las Chocillas de Almería (posteriormente se traslada a Los Molinos).

Hijo de una familia de jornaleros; con 13 años se afilia a la Federación Ibérica de las Juventudes Libertarias almerienses; es enviado a Barcelona por su familia donde estudia en la mítica Escola Natura: Vive la revolución social en Catalunya, la Guerra Antifascista y participa en una colectividad agraria en Lleida. Perdida la guerra en España conocerá los campos de concentración franceses y batallones de trabajo de donde escapa para volver a Barcelona y participar en la resistencia al franquismo con el nombre de Ricardo Santany.

Ello le llevará a prisión en dos ocasiones, sumando una pena de 10 años, además de intentarlo ejecutar aprovechando un traslado de cárcel. En una de ellas conocerá a su futura compañera Antonia Fontanillas con la que formará pareja una vez pudo exiliarse en Francia, de la que nacería su hijo Ariel, y que actualmente siguen residiendo en ese país.

Vivirá en el exilio francés hasta que la Amnistía decretada en 1979 le devuelve la libertad y regresa oficialmente a España, instalándose en Barcelona donde llevó una intensa actividad cultural y de promoción de la memoria libertaria, además de impulsor de la recuperación del Ateneu Enciclopèdic Popular.

Diego Camacho utilizó a lo largo de su enigmática historia muchas identidades y diversos seudónimos como Ricardo Santany en la clandestinidad, en Francia se naturalizó como Jacques Camac, pero será mundialmente conocido por el de Abel Paz: el biógrafo del líder anarquista Buenaventura Durruti.

La obra, Durruti. Le peuple en armes, traducida a una docena de lenguas, es imprescindible y fundamental para conocer la historia del pasado siglo XX en España, y muy especialmente en lo referente al movimiento obrero libertario y organizaciones como CNT y FAI; así como para profundizar en la derrota del golpe militar de julio de 1936 en Barcelona y la revolución social que se desencadena en Catalunya.

Abel Paz fue además un verdadero cronista de la resistencia antifascista del Movimiento Libertario, fundamental durante el periodo de 1939-1950, en la que participó como militante y de la escribió una docena de obras, algunas de ellas con un marcado sesgo autobiográfico.

Abel Paz y su "alter ego" Diego Camacho es el ejemplo más preclaro del intelectual comprometido con la lucha revolucionaria, fruto de la cultura obrera. Pero es, sobre todo, el personaje histórico más importante que ha dado la ciudad de Almería en relación a la Guerra Civil y la posterior resistencia antifranquista, en el que se une ideología y acción intelectual al activismo social.

Su lejanía de Almería, -marcha en enero de 1936 a Barcelona, con solo 15 años, y no regresa hasta su vejez- lo ha hecho prácticamente un desconocido en su propia ciudad, a la que sin embargo le dedicó el libro: Chumberas y alacranes, ya que nunca se olvidó de su Almería donde vivió una niñez feliz y a la que regresó en diferentes ocasiones.

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