Festival de Teatro de El Ejido

Los acordes de un violín eléctrico suenan al más puro estilo rockero

  • Ara Malikian, Eduardo Gómez, Thomas Potiron y Gartxot fueron los artistas que demostraron, encima del escenario del Auditorio Municipal, que la música más tradicional puede derivar a otros estilos distintos

La fuerza de un violín eléctrico, la expresividad de sus notas musicales y el humor de los intérpretes fueron algunas de las características que se pudieron vivir en la noche del domingo. La musicalidad de los instrumentos y las ingeniosas ocurrencias de los músicos construían un espectáculo que sorprendió al público presente en el Auditorio Municipal. La compañía Yllana fue la encargada de mostrar Pagagnini.

Los cuatro músicos que hicieron el espectáculo fueron Ara Malikian, Eduardo Ortega, Thomas Potiron y Gartxot.

La idea original de este espectáculo es de Yllana y del virtuoso internacional del violín Ara Malikian.

Durante todo el espectáculo el humor estuvo presente encima del escenario. Distintos movimientos corporales y gestuales eran algunos de los gestos que hacían reír a los asistentes.

Pero el público no quedó quieto en sus butacas, los artistas invitaron a un chico y a una chica para ser parte del espectáculo.

Sentados en una silla, los músicos empezaron a bromear con los dos participantes y las ocurrencias de los cuatro artistas hicieron que las carcajadas sonaran en todo el Auditorio.

Tras acabar la parte que más interactuaba con algunos de los asistentes y estos marchar a sus butacas, el violinista Thomas Potiron quería irse con la chica porque decía que se había enamorado de ella. Le dedicaba palabras de amor en francés para conquistarla.

En esta parte del concierto, los músicos bromeaban con el amor perdido de Potiron. Las risas del público crecían cada vez más en el Auditorio.

Durante esos momentos se pudo presenciar como los artistas se peleaban encima del escenario con los instrumentos en mano.

Mientras continuó el periplo de Potiron para reconquistar a la chica del público. Con una rodilla sobre el escenario le declaró su amor ante todos los asistentes.

Tras estos momentos románticos, Eduardo Ortega y Ara Malikian se disponían a ofrecer música a ritmo de violín. En el momento que Eduardo Gómez se disponía a mostrar su arte, Ara Malikian le interrumpía haciendo un sólo con un sonido que él sólo puede sacar al violín.

Después de unas cuantas interrupciones, Eduardo Gómez sacó un violín eléctrico para solapara la melodía sacada por Ara Malikian. Con un fuerte y duro sonido, el rock se hizo presente en el espectáculo que se prometía como una actuación de música clásica.

De esta forma, Malikian acabó en el suelo por el fuerte sonido que desprendían los amplificadores del Auditorio Municipal.

No era precisamente música celestial la que salía del violín amplificado por los altavoces. Todo lo contrario. La melodía que salía del instrumento emulaba más una canción de heavy metal.

Gracias a la fuerza y el ímpetu de Eduardo Gómez al violín eléctrico, Ara Malikian dejó de tocar y así su compañero puedo expresar su emotividad musical al público.

Cada uno mostró su parcela para demostrar su destreza artística en el concierto.

Tras estos momentos, Thomas Potiron no cesó en demostrar su amor a la chica que intervino en secuencias anteriores. Empezó a cantar una canción a viva voz declarando su amor y poco a poco se fueron sumando el resto de componentes para ofrecer una melodía que acompañara al tema que estaba cantando el artista. Así, empezaron a sonar notas románticos por las cuerdas de los instrumentos.

Los músicos empezaron a animar al público que cantaron junto a ellos. Potiron bajó del escenario y fue a busca a su amada de la que consiguió un casto beso en la mejilla. La chica no pudo evitar reírse, aunque lo intentó. Se había convertido junto a los cuatro músicos en una de las protagonistas de la velada.

Los artistas continuaron demostrando su comicidad y su buen hacer delante de un instrumento.

Uno de ellos interpretó la risa del Pájaro Loco. Lo que propició que las risas aumentaran en consonancia con el tiempo que llevaba interpretándose Pagagnini.

Aunque llevaban el típico traje de artista de música clásica, se acercaban más, por el estilo que estaban tocando, a la música rock.

Los músicos cuando llegaron a la parte final del espectáculo recibieron una gran ovación por parte del público. Ninguna butaca permaneció con uno de los asistentes sentados en ninguna de ellas.

Pero el concierto no había acabado, todavía quedaba la parte final del espectáculo que sorprendió a todos por la fuerza que impregnaron los artistas de Pagnini.

Ara Malikian se soltó la melena en pleno apogeo del tema y empezó a agitar la cabeza como si de una estrella del rock se tratara. Con un juego de luces consiguieron crear una atmósfera propicia para el final del espectáculo.

El público animó en todo momento a los músicos y aparecieron tras acabar cerrar las cortinas todos tumbados sobre el escenario.

Yllana se forma en 1991 y su trabajo siempre ha ido dirigido a espectáculos de humor sin palabras. En sus espectáculos combina el ingenio y el riesgo y, así, lo demostraron los músicos de Pagagnini que, además de impresionar a todo el público presente, mostraron su destreza en el arte de tocar un instrumento. La música clásica sorprendió a todos los asistentes que acudieron al Festival de Teatro de El Ejido.

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