Cultura

"El hip-hop es mucho más que una base y buenas rimas"

El Chojín es uno de esos ídolos juveniles que llevan bien a gala la máxima de Spiderman: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Consciente de la repercusión que tienen sus temas entre los adoradores del rap, ha sabido evolucionar de la exaltación de la autoestima que caracterizan al movimiento hip-hop, hasta temas que esconden una crítica social contra los malos tratos o la discriminación racial. A este madrileño no le vale con crear rimas audaces, sus discos despiertan conciencias.

-¿Por qué escogió a un dios de animación japonesa como nombre artístico?

-No fue idea mía. Ya sabes lo que pasa en los barrios: Un día a alguien empieza a llamarte así y se te queda. Yo tengo un amigo que se llama Roberto y me cuesta recordar su nombre real, porque una vez nos dio por decirle freaky y ahora hasta su pareja le llama así. (Risas). Así que, ¿cómo me iba a quejar?

-Usted que ha luchado tanto por dotar al hip hop de mensajes positivos, ¿no se siente frustrando cuando ve que algunos superventas como Eminem o 50 Cent hacen lo contrario?

-Sobre Eminem debo decir que me parecía un gran rapper en sus inicios. Era un tío comprometido que denunciaba lo que había visto en la calle. Luego descubrió una formula más comercial y esa es una elección personal que hay que respetar. Eso sí, yo creo que hace mucho daño al movimiento. Insistir en la idea de que nacer en un barrio pobre te convierte en un fracasado, me parece lamentable. Eso sólo significa que tienes que currártelo más que otro, no te da carta blanca para quejarte.

-El final del cuento de hadas es una canción sobre los malos tratos que atrajo muchas críticas por su videoclip. ¿Qué opina de los comentarios que recibió?

-A mí me parece que Cristina Domínguez hizo un papel excelente como actriz. Me interesa más la expresividad que desprenden esas imágenes que respetar el ritmo de un videoclip. En mi opinión, es el montaje perfecto para ilustrar conferencias, que era la idea que buscábamos.

-Otro tema controvertido fue su colaboración con Beatriz Luengo. ¿Por qué cree que sus fans se lo tomaron tan mal?

-En aquel momento me ofendí, pero comprendo que cuando eres joven te tomas muy a pecho eso de "no traicionar al movimiento". A los 17 años hice los mismo que ellos al enterarme de que mi ídolo había creado un single con una base de The Prodigy. Me parecía que esa fusión ensuciaba su música. Sin embargo, ahora lo escucho y me parece una pasada. Cuando uno está en el 'kilometro 30' de su vida, entiende las cosas de manera diferente que en el 17, aunque sólo sea porque has visto más cosas.

-¿Cómo surgió la idea de colaborar con Amnistía Internacional a través del single Ponte en mi piel?

-La lucha contra la xenofobia ha sido siempre mi caballo de batalla, porque me toca de cerca. Desde que estoy de tertuliano en la Ser, he intentado hablar con los políticos y preguntarles porqué tratan la inmigración como si fuese un problema, ya que eso contribuye a que la gente lo vea como un algo negativo. Lo que pasa es que empiezan a hablarme en político-politiqués y ya desisto. Amnistía me dio la oportunidad de poner mi granito de arena y ahí está.

-Usted que ha escrito Historia del rap en España estará en posición de decirnos quienes ostentan la titularidad ahora mismo. ¿Se atreve?

-Violadores del verso, no hay ninguna duda. Ellos marcaron la diferencia hace mucho y casi todo el mundo tararea alguna de sus canciones, aunque no sea habitual del hip-hop.

-¿Qué le ha regalado Lola, su mayor éxito hasta la fecha?

-Fue un tema que escribí casi sin pensarlo y tuve la suerte de que resultó gracioso, era pegadizo y lo tarareaba todo el mundo. Vaya a donde vaya, me lo piden y hasta hay quien cree que me llamo Óscar, como el chico de la canción. Aún así, no está ni siquiera entre mis 20 temas favoritos. -¿Qué piensa que le falta al hip-hop para que sea considerado como parte de la cultura urbana por un público mayoritario?

-Ya le queda poquito. El hecho de que me estés haciendo esta entrevista, quiere decir mucho. Aún quedan algunos estereotipos: gestos raros con las manos y la gorra de lado. Pero cualquiera que escuche esta música se dará cuenta de que el hip-hop es mucho más que una base y buenas rimas.

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