UNA JOVEN CON PROYECCIÓN EN LA MÚSICA Una rusa que triunfa en Almería

Entre la música clásica y el heavy

  • La joven pianista rusa Arina Lipnitskaya, que estudia en el Conservatorio y quiere abrir un Aula de Música en Aguadulce, se prepara para el Concurso Internacional de Piano 'Ciudad de El Ejido'

Arina Lipnitskaya es una joven pianista rusa que lleva seis años viviendo en España. Estudia Piano en el Conservatorio de Almería, donde ha obtenido notas de 10 en varias asignaturas, y piensa estudiar próximamente en el de Granada, preparándose actualmente para la próxima edición del prestigioso concurso internacional Ciudad de El Ejido.

Sus profesores, dada su valía, le han aconsejado que se presente a esta importante cita musical murgitana. Tiene 26 años y desde los seis estudia este difícil instrumento, además de haber estudiado canto lírico y solfeo en su país. Comenzó en su ciudad natal, Ufa, en la república de Bashkortostan, en la zona de los Montes Urales, donde las temperaturas pueden alcanzar los 40 grados bajo cero.

Además ha formado parte de coros en Rusia, habiendo tenido incluso la oportunidad de cantar ante el expresidente ruso Putin. Pese a su amor hacia la música clásica su estilo preferido es el heavy metal, por lo que toca los teclados en el grupo de rock almeriense Hymnótica, muy reconocido en el panorama almeriense 'underground'.

Actualmente prepara un dúo de música de cámara con una compañera clarinetista y su presentación será próximamente en el Museo Arqueológico de Almería. "Por la mañana música clásica y por la noche heavy metal. Lo llevo muy bien, una cosa no quita la otra. Las dos me gustan igual". Una de sus ideas es abrir en el futuro, si todo va bien, un Aula de Música en Aguadulce, donde reside. Ella sabía desde los seis años que quería dedicarse a la música. "En Rusia es algo normal que las niñas vayan a una escuela de música o de danza y los niños se dediquen al deporte. Yo empecé con la flauta, pero no me gustaba así que comencé con el piano y hasta ahora".

La melodía le viene de familia porque su padre es músico "y me gustaba sentarme y escuchar cómo tocaba el piano. Le gustaba mucho cantar. En casa teníamos dos pianos. En Rusia nos educan en el arte desde muy pequeños, con la literatura, pintura, música, danza, etc. En mi niñez casi no tenía tiempo para jugar, porque al salir del colegio iba a clase de piano o canto y por la noche a clase de danza", relata la joven pianista, toda una realidad más que una promesa.

Arina se sorprendió inicialmente por las grandes diferencias entre la forma de enseñar música de España y las de la antigua Unión Soviética, "aquí es más ligero y allí son más rigurosos y hay más disciplina. En Rusia teníamos que estudiar más horas y como anécdota te diré que con seis o siete años la profesora de piano nos daba golpes en las manos, a veces bastante fuertes, para que tocáramos bien. También hay alli mucha costumbre de aprender todo de memoria, y desde pequeña estoy acostumbrada a esa técnica, y aquí no. La verdad es que aquí es todo mucho más flexible y fácil".

Sin embargo cuando Arina vaya al conservatorio superior de Granada le exigirán mayor disciplina, para lo que está perfectamente preparada.

Uno de sus compositores preferidos es Beethoven. Arina tiene una peculiar visión del sordo genial, afirmando que "si viviera ahora estoy segura que sería un músico de heavy metal, por su música y la forma de escribir. Pero no puedo elegir a uno sólo si me preguntas por mi preferido, porque lo son todos. De todas formas uno de los más queridos por mí es Katchaturian".

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