Cultura

"El teatro tiene el impacto del directo, donde el espectador se llega a emocionar"

  • El catalán guarda muy buenos recuerdos de Almería, ya que hizo la mili en Viator, formó parte de la Banda de Música Militar y pasó mucho tiempo en El Zapillo donde comía mucho pescado frito

Lleva 27 años en la compañía Els Joglars donde llegó a principios de los años 80. En todo este tiempo ha realizado papeles magistrales como Jordi Pujol, Josep Pla o incluso Dalí. Ahora se interpreta a sí mismo en 2036 Omena-G, pero con 25 años más. Una experiencia excepcional de este genio de las tablas que se ha convertido en uno de los más grandes actores de todo el país. Esta noche estará en Roquetas con este nuevo montaje.

- ¿Cómo está funcionando este nuevo montaje estrenado en Sevilla, que ahora llega a Roquetas de Mar?

- Es una sorpresa muy agradable ver que este juego que hacemos sobre el escenario tiene una repercusión en el público muy buena. Es una obra con un final espectacular, y que va de 0 a 100, lo cual hace que el espectador esté muy atento a lo que ocurre.

- El argumento es sencillo ya que todo transcurre en 2036, año que Els Joglars hará 75 años...

- La obra cuenta como estará una compañía de teatro que tuvo un gran éxito en el año 2036. Si eres joven lo ves con una cierta perspectiva, si eres mayor no tanto. En el fondo es un juego, algo cruel, nos aplicamos el sarcasmo que nosotros hemos aplicado a lo largo de estos 50 años en nuestros espectáculos, ahora nos lo aplicamos a nosotros mismos.

- ¿De qué trata la obra?

- Una entidad financiera del año 2036 junto con otros empresas patrocinan el homenaje a una serie de cómicos supervivientes de una ilustre compañía, o sea, Els Joglars, pero que estos viejos aunque están en el Hogar del Artista nunca dejaron de ser actores. La relación entre los jóvenes presentadores del homenaje y los viejos manifiesta una relación de mundos muy divergentes. A partir de ahí se desarrolla toda la acción. Los jóvenes entonados, potentes y estridentes y los viejos en el ocaso pero destellos de ingenio y de dignidad.

- Lleva 27 años en la compañía, pero en 2036 tendrá usted 79 años. ¿Se ve haciendo teatro con esa edad?

- Creo que si vivo, estaré en el teatro. Lo mismo también escribiré. Espero estar como ahora, tirando, aunque espero que el IBEX se haya recuperado. Yo pienso ir tirando como ido haciendo hasta ahora.

- ¿Qué tiene el teatro que tanto engancha al actor?

- El teatro es un rito directo, es algo parecido a los toros. Tiene el impacto del directo, el espectador se emociona y eso es algo magnífico.

- ¿Cómo ha sido la experiencia durante tanto años de trabajar como Albert Boadella?

- La relación ha sido muy fácil. Nadie de los actores es masoquista, y si estamos tantos años es porque nos compensa y porque realmente hay una armonía. El sistema de trabajo es artesanal y muy creativo. El actor es el propio dramaturgo, es algo especial. No se puede decir que en 50 años nuestra fuente de inspiración haya sido la corrección política. Hemos seguido la evolución de la sociedad española, otras veces hemos estado en el ojo del huracán.

- Pero trabajar con un hombre de tanta experiencia debe ser interesante...

-Boadella ensayando lo admite todo, es muy dialogante. Es muy serio y estricto con los horarios y la forma de trabajar, pero te hace sentir a gusto. Conoce muy bien los límites de cada actor y lo hace de forma muy sutil, es un gran conocedor del oficio y sabe diseñar situaciones para que el actor pueda mostrar frescura, dar veracidad y exactitud.

- Ha hecho de Jordi Pujol, Pla, Dalí, todos personajes muy llamativos que usted interpreta como nadie. ¿Aquí se interpreta a sí mismo?

- Es un espectáculo muy coral. Hay seis viejos y dos jóvenes, donde se produce el conflicto de generaciones. Cada uno de los actores nos hemos metido años encima y es un juego divertido, pero también tiene esa punta de crueldad. Lo más dificultoso es contener los impulsos rítmicos de la vejez, porque un señor mayor para sentarse negocia como se sienta y puede tardar 30 segundos, mientras que un joven tarde dos segundos.

- ¿Con qué persona se lo ha pasado mejor?

- Por afinidad con Pla. Porque era un escritor, que es muy poco teatral pero la prosa planiana sí es muy teatral y él, en sus últimos años, también era un personaje con su boina y su cigarrillo de Ideales . Era un escéptico que vivió un siglo muy sanguinario y, aun así, era optimista.

- ¿Cual es el minuto de oro de esta 2036 Omena-G?

- Es un espectáculo que pasa de 0 a 100 y muy perfilado. Las escenas finales con un juego cómico son excepcionales y gustan muchísimo porque son muy cómicas. Luego también una parte emotiva y muy brillante, con una música excelente y con una escenificación que llama la atención.

- Creo que de joven su familia tenía un helicóptero en el patio de su casa...

- Mi viejo era un apasionado de los aviones y de los helicópteros y teníamos uno en casa, pero hace ya años. Intente dedicarme a esto pero hubiera ocasionado unas catástrofes aéreas impresionantes. Me hice una revisión y me dieron inútil porque soy daltónico, imagino que con un helicóptero no hubiera sido agradable verme.

- También creo que tiene muy buenos recuerdos de Almería.

- Sí, yo hice la mili en Viator. Fue una de las épocas más magnificas de mi vida, y vivía en un piso en la playa de El Zapillo. Me harte de pescado frito y vino blanco y recorrí la zona de Cabo de Gata, había pocos invernaderos y estuve por Laujar de Andarax. Me lo pase muy bien, porque yo estaba en la banda de música. Me tire toda la mili en Almería. En una Semana Santa estuvimos desfilando. En aquella época no tiene ni idea que yo me dedicara a ser actor, porque soy actor por descarte por desecho familiar. En la mili no había hecho nunca teatro.

- ¿Entonces de donde le viene la vena artista?

- Mi abuelo por parte materna había sido actor aficionado. Pero yo nunca demostré antes interés o actitudes teatrales. Como era mal estudiante imitaba a los profesores como sátira. Pero lo hacía como venganza hacia que me catearan. Me lo pase muy bien en Almería, con recuerdos.

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