Análisis

PABLO MARTínez- salanova peralta

Aceite de palma

Es algo cíclico. Cada equis tiempo, por algún detonante concreto salta algo a la palestra que durante unas semanas copa la actualidad informativa. Además, suele ser algo que ya estaba ahí y a nadie le importaba, y que, seguramente tras el revuelo mediático, seguirá estando y a la gente le seguirá importando lo justo. Ahora le ha tocado el turno al aceite de palma. ¿Por qué? Pues porque la periodista Samanta Villar, muy hábil a la hora de montar circos, ha meneado el avispero. ¿Con qué titular nos quedamos? Pues con que el aceite de palma provoca cáncer. Igual que el beicon, las cápsulas de café, las patatas fritas o las palomitas de microondas. Además, su cultivo atenta contra el medio ambiente, provoca la subida del Euríbor y hace llorar al niño Jesús. Lo siento, pero uno no ha dejado atrás todos sus vicios para que ahora también tenga que dejar de comer Doritos.

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