Análisis

Jorge colipe

La otra cara

"Cuídalo, que luego me lo llevo" pidió Santi, jugador del Fines FS, a su amiga

Cada vez que hablamos de la otra cara del fútbol, aparecen de manera recurrente, violentos, barrabravas, padres que se enzarzan en peleas contra otros padres con sus hijos como GPS, con la esperanza de tener un nuevo Messi industria nacional. Pero también hay un lado solidario. El que colabora, el que ayuda desinteresadamente, el de los gestos positivos que deberían ser retransmitidos una y otra vez, por el mensaje que lanzan a la sociedad, pero cuya reverberancia es menor. Sucedió en el último encuentro que el Villa de Fines FS disputó como local. Mientras se jugaba el encuentro contra el Carranque de Málaga, hasta en tres oportunidades un perro callejero ingresaba a la pista. Parecía evidente que no era la primera vez que lo hacía, lo que provocó las protestas del cuadro visitante. En medio del ruido, silencioso, Santiago Vargas -elegido el jugador más regular la pasada temporada-, cogió al can en brazos, como quien está acostumbrado a hacerlo. Santiago cruzó todo el campo de juego, ajeno a las protestas ventajistas del rival. Se dirigió a la grada y se lo encargó a una muchacha allí presente. "Cuídalo que luego me lo llevo" pidió Santi a su amiga. Finalizado el encuentro, después de la victoria de su equipo, el dueño del dorsal número 23 del Villa de Fines FS, se fue a festejar con su nuevo amigo. El perro que hasta ese momento no tenía nombre, ahora se llama Fines. La originalidad del nombre es lo de menos. La actitud solidaria de Santiago Vargas merecía que se escriban estas líneas.

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