Londres, 23 de marzo de 2017. Estimado Navarro, el Almería iba a la deriva con Soriano desde hacía semanas, incluso meses. Pero el presidente parecía vivir en una realidad paralela sin darse cuenta de lo comprometido de la situación. Solo en la jornada 27, y tras una reacción normal de la grada, se vio obligado a tomar medidas, empezando por el cese de su jugador/entrenador fetiche y siguiendo con el de Andrés Fernández. Luego vino la contratación de Lozano como director deportivo, la interinidad de Fran Fernández y la llegada de Ramis. Alfonso García, a su manera, admite su error y lo vuelve a confirmar con la contratación de su hijo como Vicepresidente Ejecutivo, con la misión de llevar el día a día del club desde Almería y no desde Águilas, como hasta ahora. Se quita de en medio en un momento clave, cuando el club vive sus horas más bajas. Que el presidente quiera centrarse más en sus empresas en un momento tan delicado, da mucho que pensar. No me tranquiliza, ni mucho menos…

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