Esplendor en la hierba

Juanjo / García

El Almería no debe dilapidar su sensacional campaña

CIERTO es que lo primordial, el objetivo de la salvación, se ha cubierto. Que incluso se ha conseguido con brillantez, jugando y compitiendo a un gran nivel, sobre todo ante los equipos grandes. Por eso mismo, no se justifica que el equipo pueda bajar los brazos y se deje llevar en las últimas jornadas en cuanto que la opción UEFA se ha esfumado.

El partido del Coliseum Alfonso Pérez en su segundo tiempo ha dejado gran malestar y enfado entre los aficionados.

Muchos así me lo han transmitido. No alcanzaron a comprender como se puede malgastar una ventaja de dos goles para encajar cuatro, mostrando sobre el rectángulo de juego una actitud pusilánime e indolente, impropia de un equipo serio como siempre se había mostrado el Almería. Ya no se trata de ganar o de perder, no, sino de no ofrecer tan pobre imagen, aunque parezca que ya no te juegas nada ante un rival que sí se juega la salvación.

Craso error, porque la Unión Deportiva Almería, como todo equipo que se precie, tenga orgullo y lleve a gala su profesionalidad, siempre pone en juego su imagen, su honra y el respeto a una afición que desea verle competir.

Insisto, no se trata de ganar o de perder. Ya comprobamos como en el Estadio Vicente Calderón también se perdió por goleada y, sin embargo, el equipo fue elogiado por todos.

En vísperas del último partido en el Estadio Mediterráneo, en la despedida de tan sensacional campaña liguera, procede recordar y cabría esperar que el equipo resarza y compense a su afición con un partido, cuando menos decoroso, ante otro digno rival como el Recreativo de Huelva, que se está jugando la salvación en la categoría de oro.

Y en mutua correspondencia, también debe esperarse que el público acuda y llene el campo, que apoye y reconozca tan brillante temporada para que el lunar de Getafe apenas sea una gota en el océano.

Y cabe esperarse y desear todo ello por cuatro motivos insoslayables. Primero, porque los abonados han realizado tal sacrificio económico que no debe escatimársele sobre el rectángulo de juego el más mínimo esfuerzo.

Segundo, porque se trata de honrar una camiseta que representa a una ciudad y a un sentimiento común. La afición debe irse del campo con una sensación diametralmente distinta a la de Getafe.

Tercero, para que ningún otro equipo pueda acusarte de adulterar la competición por no darlo todo igual que siempre ante otros equipos.

Y cuarto, porque tan brillante campaña, la mejor de la historia, requiere un reconocimiento unánime de la afición a título de homenaje para el equipo y para aquellos profesionales, varios, que ya no estarán la próxima temporada.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios