Bicicletas para el verano

Cientos de almerienses las usarán (sólo cuesta un euro) y cientos de almerienses podrán utilizar por fin el carril bici

Sólo nos va a costar 600.000 euros. Sólo (con tilde) 600.000. Un servicio de bicicletas inteligentes de alquiler para Almería. Era lo consecuente tras la construcción de un carril bici. Y además las bicicletas tienen gps, para que no se pierdan. El ciudadano pagador, y el no pagador, tendrá, con este servicio, cumplidas sus expectativas. Cientos de almerienses las usarán (sólo cuesta un euro) y cientos de almerienses podrán utilizar por fin el carril bici. Y los peatones, automovilistas y biciclistas cumplirán las normas de tráfico a rajatabla. No habrá biciclistas que avasallen a ciudadanos o automovilistas saltándose todas las normas de tráfico, ni ciudadanos que utilicen el carril bici para andar, ni coches que utilicen el carril bici para aparcar. Además, las bicicletas se devolverán en perfecto estado e incluso durante la noche los ciudadanos respetarán las bicis y no las robarán, dañarán o harán actos vandálicos con ellas. Y además la empresa concesionaria del servicio ganará dinero como lo hacen las empresas concesionarias de los aparcamientos de la Avenida de Vilchez y de la Avenida Padre Méndez. Yo los he utilizado alguna vez los dos. Son silenciosos y con muchas plazas libres señaladas en verde con un piloto luminoso, excepto la mía cuando aparco, que se pone en rojo. No hay problemas pues, para encontrar tu vehículo, está siempre sólo, allí, en medio del vacío. En este mundo feliz de cuenta de resultados fantástica siempre ascendiente la apuesta de las bicicletas oxigenará la ciudad, porque no sólo las alquilarán los turistas de padre, madre, niño y niña algún domingo sino que las alquilarán cientos de almerienses para desplazarse a su trabajo y así abandonar el coche. Por un sólo euro quién no cae en la tentación. No será un museo vacío inencontrable con una inversión millonaria más o un museo cerrado inencontrable con otra inversión millonaria más. Veremos felices a los almerienses utilizar las bicicletas blancas de la felicidad y serán felices todos los que abogan por el biciclismo. Una vez, hace mucho tiempo, escribí sobre el Museo del Cine y alguien escribió, él o su escribiente, de forma casual, dos días después, airoso, airado y grandilocuente. Por cierto, me hicieron caso, meses después pusieron carteles para que la gente lo encontrara. Ahora lo encuentran, cerrado, pero el caso es que lo encuentran. Es que nunca está contento, Sr. Collantes.

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