PENAL Y GOL, ES GOL

Jorge Colipe / Deportes@elalmeria.es

Cara a cara

El Barça ha perdido la identidad y hace tiempo que tiene a los aficionados sumidos en la confusión

EN la película Cara a Cara, Castor Troy (Nicolage Caig) se hace la cirugía y se pone la cara del detective Sean Archer (Jhon Travolta), de modo que el bueno pasa a ser el malo y el malo, se transforma en Caperucita. A lo largo de la saga es todo una gran confusión, nadie sabe quien es quien, y hasta el final de la peli, no se descubre la verdadera identidad de los protagonistas. Es el mismo argumento de otro gran embrollo, protagonizado en este caso por el Barcelona, un equipo que hace tiempo ha perdido la identidad y tiene a los aficionados sumidos en la confusión de no saber cuál de las caras que presenta este polifacético equipo es la verdadera. ¿Es el Barça que corre, muerde y juega al fútbol, que vimos ante el Manchester? ¿ O es esa banda desidiosa y abúlica que levita sobre los campos de fútbol de manera autista?, ¿Es acaso los dos?, no se sabe, pero como en la película, no nos enteraremos hasta que termine la temporada. El miércoles, el Barcelona dio la impresión de ser un conjunto serio; un digno aspirante a ser el campeón de Europa. Un equipo de la cabeza a los pies, solidario, luchador, criterioso; con ambición y talento. Es cierto que a pesar de sus delanteros, le falta gol, y a lo mejor la forma física no sea la adecuada para mantener el ritmo los 90 minutos; pero también es cierto que al igual que en el tango, para bailar, hacen falta dos. Si uno no quiere, no hay milongueo, y el Manchester, de quien los que saben dicen que ahora mismo es el mejor equipo de Europa, no quiso salir a la pista. Demasiado "Ronaldo-dependientes" para mi gusto, y cuando se apagó la luz del portugués a los dos minutos, todo el conjunto inglés se perdió en la oscuridad. Mañana martes todo puede pasar, ellos confían en definir en Old Traford y el Barça sabe que por cada gol que marque, los de Ferguson deben convertir dos. Es lo bueno que tiene este deporte que se llama fútbol; de lo contrario estaríamos hablando de biología molecular.

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