Estación Sur

José Antonio / Santano /

Cercano domene

SUCEDE con frecuencia, casi no le prestamos atención pero ocurre. Vivimos contemplándonos, ensimismados en nuestro propio ombligo y no vemos más allá de nuestras narices. Es tal el narcisismo que a duras penas comprendemos que existen otras cosas, otros lugares u otros hombres y mujeres dedicados en cuerpo y alma al conocimiento y su divulgación, personas mantenedoras de una solidaridad sin límites. Nos dice el escritor granadino Ángel Olgoso en el último de los relatos que componen el libro "Las frutas de la luna": "Siempre nos sentimos más atraídos por la brumosa lejanía y por lo desconocido que por aquello que yace ante la vista". Y algo de esto ocurre con el escritor, ensayista y crítico literario Pedro M. Domene, que la cercanía de su persona y su obra es tal que ignoramos, desafortunadamente, a uno y otra. Domene, lector infatigable, desde su tierra madre nos lega, lo mejor de sí mismo, como el que encerrado entre cuatro paredes dedica su vida a los libros, verdadero y singular amanuense; creador y docente, ensayista y crítico vuela por el espacio fúlgido de la literatura dándonos a conocer una ingente cantidad de textos. Huércal Overa es ese pueblo silencioso y frontera, pero su patria es otra más grande y universal, la de la literatura de todos los tiempos y tendencias, la única literatura posible, y de su generosidad aprendemos cada día, de su magisterio indiscutible. A esa actitud generosa dedico hoy estas líneas. Hace unos días recibía uno de sus breves pero jugosos ensayos: "Disidencias. (en la Literatura Española del siglo XX)". Extraordinario estudio sobre el olvido al que se han visto sometidos muchos de nuestros escritores, "Disidencias: antología del olvido", podría titularse sin temor a engaño. Con unas palabras preliminares del desaparecido Medardo Fraile, Domene nos acerca a una nómina de autores desgraciadamente ignorados, pero que conformaron, independientemente de ideologías, lo mejor de nuestra literatura respecto al siglo XX (Lanza, Sawa, Colombine, Villaespesa, Díez Canedo, Gutiérrez Solana, Jarnés, Bergamín, Barea, Dieste, Salazar Chapela, Ros, Ayala, Rodoreda y Ridruejo). Así y no de otra forma se escribe la historia. Tal vez para algunos esta actitud generosa no tenga la menor importancia. Lamento llevarles la contraria, pero son estas aportaciones al conocimiento lo que nos hace libres de verdad, y Pedro M. Domene es sabedor de ello, como humanista que es.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios