Tanto en Bilbao, donde me encuentro pasando estos días de fiesta navideña, como en Vitoria, están de enhorabuena. El ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, ha anunciado que se estudiará la entrada soterrada del Tren de alta Velocidad a las estaciones de ambas capitales. La cuestión es que se trata de un logro reciente de los vascos, ya que hace apenas unos meses el gobierno de Mariano Rajoy expresaba su rechazo total a construir "obras faraónicas" y, en particular, soterramientos "de cientos de millones". Pero todo ha sido perder la mayoría absoluta y se han cambiado las tornas. Es de suponer que los dirigentes del país vasco están dispuestos a sacar tajada de la nueva situación en la que se encuentra el gobierno, y le ha faltado tiempo a la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, para poner sobre la mesa algunas reivindicaciones pendientes que el Gobierno Central había rechazado hasta ahora de manera categórica. Sin moverse de su despacho, ha reclamado la presencia del ministro Serna que, respondiendo a la llamada, ha acudido presto a la cita y se ha comprometido a estudiar el soterramiento del tren en las capitales vascas. El objetivo, ha dicho el ministro, es llevar a cabo la tramitación administrativa y la ejecución de las actuaciones con la máxima diligencia para acelerar los trámites y acortar los plazos.

Ya sé que se dice que las comparaciones son odiosas, pero a ver quién no cae en la tentación de comparar cuando vienes de Almería, te acercas al kiosco de la Gran Vía bilbaína y ves la noticia con grandes titulares en la portada de todos los periódicos. Lo último que leí en la prensa almeriense, antes de emprender viaje al norte, en cuanto a comunicaciones ferroviarias se refiere, fueron unas declaraciones de Gabriel Amat diciendo, con motivo de una convención de alcaldes y concejales andaluces que los populares han celebrado en el Palacio de Congresos del Toyo, que la culpa de que no avancen las obras del Tren de Alta Velocidad, la tienen la Junta de Andalucía y las tortugas mora. Para qué se va gastar el gobierno del PP un euro en traer el AVE hasta Almería, con lo barato que sale que Gabriel Amat, presidente de la Diputación y del partido en la provincia, diga que la culpa del letargo que padecen las obras del AVE, cuya competencia exclusiva corresponde al Ministerio de Fomento, la tienen la Junta de Andalucía y las tortugas mora. Y todos tan contentos.