Carta del Director/Luz de cobre

Compromisos y promesas

Buena parte del desarrollo de la provincia ha sido por el tesón de los que aquí habitan, sin ayuda de las administraciones

El año empieza como acabó, plagado de promesas y escasos compromisos. El horizonte apenas se otea por los nubarrones que lo cubren en forma de ausencia de Presupuestos del Estado y con unas cuentas autonómicas que distan mucho de ser para tirar cohetes y comenzar una fiesta. Y es que los recortes, pese a la tan cacareada mejora de la economía, siguen siendo hoy una realidad patente, palpable y triste para los que aquí habitan. No se percibe el más mínimo atisbo de recuperación de las inversiones en aquellos temas que son básicos para culminar el efectivo desarrollo de la provincia de Almería.

He repetido en alguna ocasión que esta provincia ha alcanzado un notable nivel de desarrollo a pesar de las administraciones. La fuerza, el tesón, la capacidad de innovación y la permanente ansiedad por mejorar, nos han permitido ser la punta de lanza de una economía productiva emergente, diferente al resto del país, en el que la pujanza de la agricultura nos ha abierto a fronteras de desarrollo impensables hace tres lustros.

Hoy, 15 de enero de 2017, cuando el sector hortícola se acerca a una de sus ferias más importantes, Fruit Logistica y el turístico a Fitur, nos volvemos a presentar en sociedad con los deberes hechos, con dos sectores pujantes, batiendo récords, asentados en una buena base de crecimiento y con la mirada puesta en la mejora que está por llegar. Todo, se lo pueden creer, a espaldas de unas administraciones que se empeñan en prometer lo que no nos van a dar, alejados del compromiso cierto y real, que una provincia como Almería se merece. Puedo entender que en época de "vacas flacas" todos vean mermadas sus aspiraciones. Comprendo que ante tanta necesidad o prioridades que pueda tener un país o una región nosotros estamos donde estamos. Pero me niego a dejar languidecer nuestras legítimas aspiraciones de mejora en materia de infraestructuras o hídricas, por poner dos ejemplos calamitosos para nuestros intereses y nuestro devenir futuro, en pos de no se qué objetivos o compromisos con otros diferentes a nosotros. Llevamos décadas aportando al conjunto del Estado y de Andalucía mucho más de lo que recibimos. La deuda acumulada de unos y otros -pongan ustedes el orden- alcanza ya categoría de indecencia. Es la hora, ha llegado el momento de romper con lo establecido, dejar a un lado la resignación, demasiado imbricada e inoculada en nuestro carácter, para dar paso a la realidad del inconformismo, de la reivindicación y la protesta como carta de presentación de una tierra laboriosa donde las haya, fiel como pocas y agradecida hasta la extenuación. Con estas premisas no me negarán ustedes que es hora poner fin a las promesas y forzar compromisos reales y cumplimientos, con objetivos, en beneficio de Almería y los que aquí habitamos.

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