Concejal y gestor

No pocas veces consorcios, patronatos o fundaciones han sido fábricas de privilegios a jornada completa

Hhasta hace días no sabía que existía un Consorcio de Basuras de Almanzora-Levante-Los Velez. No pocas veces consorcios, patronatos, fundaciones... han sido fábricas de privilegios a jornada completa. Quizás por eso no me sorprendió conocer su existencia a la par que la noticia del lio para renovar cargos, intervención del Tribunal Superior de Justicia incluida. Profundizas y lees que hubo salarios de más de 5.000 euros para un gerente o hasta 160.000 euros a su hijo por asesoramiento. Miras a las redes sociales y allí circula la grabación, dicen que de un concejal, trasmutado en Maite Zaldívar hablando de "si esta noche me llega una bolsa de basura, no sabría que votar mañana". El Lazarillo de Tormes en el Siglo XXI, con la gracia del pícaro. Ese doble sentido de la bolsa de basura en un consorcio de ídem. Tronchante.

No extraña, pues, el interés de la entrevista en este Diario al concejal de Ciudadanos en Cuevas, D. Indalecio Modesto, nuevo vicepresidente del Consorcio. No decepciona. Hablando de los socialistas, que apoyó para logra la alcaldía de Cuevas, declara: "No soy un político como ellos, soy un gestor que lucha por llevar a cabo sus proyectos" Confusa frase. Al principio entendí que él no era un político como ellos porque era un político mejor. Pero releído queda mejor: él no es un político, ellos sí. Sin más, porque ser político es malo y ser gestor es bueno. Cuanto hubiera disfrutado el politólogo Peter Mair, que teorizó la despolitización de la política. Tony Blair, el primer ministro británico era igual. Siempre se presentó por encima de la política: "Nunca madure como político. Ni siquiera ahora me siento un político, declaró". Es la opinión que subyace tras tantas Autoridades independientes como se están creando. El conocimiento experto es más eficaz que el criterio político. No ser un político, sino un gestor, exime de responsabilidad, es un profesional ejecutando sus proyectos. Pero cuando votamos, no elegimos gestores, sino políticos que gestionen y sean transparentes al hacerlo. El descrédito de la política no procede de su inutilidad, sino de que, muchas veces, unas elites políticas retiradas a las instituciones, las usan para sus intereses particulares. El Sr. Modesto no es un gestor, es y debe ser un político, y desde esa responsabilidad, gestionar el Consorcio, y disipar tantas sospechas de mala praxis e intereses turbios.

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