Durante los muchos años de dictadura franquista, el día 1 de mayo no se celebraba la Fiesta del Trabajo, sino la de San José Obrero. Se ocupaba el día con una serie de actividades que intentaban mantener entretenido al personal obrero propiamente dicho, para que no se les ocurriera acudir a las manifestaciones (ilegales) convocadas por los sindicatos, igualmente ilegales. Eran ilegales todos menos uno: el Sindicato Vertical -oficial del Régimen- que era el que organizaba una magna "Demostración Sindical", presidida por el "Caudillo" en persona, en el campo de fútbol del Real Madrid. Durante el resto del día se ocupaba TVE, la única y pública televisión, de continuar distrayendo al personal con partidos de fútbol del máximo nivel y una corrida de toros con las figuras del momento, como El Cordobés en la última década del franquismo.

Este año se nos presenta muy animado el uno de mayo, con múltiples entretenimientos que harán las delicias de la afición, ya que, de todas formas, a las manifestaciones no suele ir mucho personal. Dos grandes espectáculos emulan las actuaciones de los antiguos "Coros y Danzas de la S.F.". Uno es el organizado en Caracas, donde un coro de entusiastas separatistas catalanes ha acompañado el cante (uno más) del gran demócrata Nicolás Maduro. El baile lo ejecutan los cientos de millones de euros que danzan de país en país, de la mano o por orden de los señores González y Pujoles. El primero, más clásico, utiliza bolsas de plástico llenas de toallas (por si en Colombia no las hubiere), y la saga catalana, más moderna, utiliza la danza virtual a golpe de móvil, aunque sin despreciar el ballet físico andorrano.

Entre las representaciones teatrales destaca la nueva "performance" del Podemos: la propuesta de una moción de censura, con el atractivo de la intriga por saber quién será el candidato a Presidente, preceptivo según la Constitución. En sustitución de las corridas de toros -hoy día en baja- tenemos las faenas que han perpetrado los ministros Catalá y Zoido, con el sobresaliente secretario de Estado Nieto. Ni El Cordobés pegaba esos saltos de la rana, ni Curro Romero tenía tanto arte para escurrir el bulto, ni diestro alguno engañaba con tanto desparpajo. Esperamos que se diviertan ustedes este uno de mayo con semejante programa de festejos.