El callejón del gato

Cosiendo en el PSOE

Sólo son fieles a sí mismos, y los que han hecho de la política su única profesión

Casi dos semanas han pasado sin hablarse desde que el 21 de mayo Pedro Sánchez ganó a Susana Díaz en el proceso de primarias del PSOE. Más que una relación propia de dirigentes de un mismo partido, su comportamiento se asemeja más al de un matrimonio que, tras sufrir un divorcio traumático, no tienen más remedio que contactar para pactar lo mínimo imprescindible para no acabar en los tribunales. Las formas empleadas dan idea de la distancia que les separa. El renacido Secretario General envía un mensaje a primera hora de la mañana para preguntarle cuando podían hablar y la aspirante derrotada le da cita para las 13,30 horas de ese mismo día. Dicha moratoria no responde a la necesidad de aplazar la entrevista con el objeto de mantener una larga conversación para tratar sobre temas de alta política, ya que la entrevista realizada por teléfono duró poco más de cinco minutos, y el contenido de la misma se redujo a un pacto de mínimos en el que la Presidenta de la Junta de Andalucía le ofreció su respaldo y a cambio le pidió respeto para los expresidentes Felipe González y Rodríguez Zapatero y para los llamados barones que le han apoyado en el proceso de primarias. Para ese viaje no se necesitan alforjas, diría yo, supuesto que el respaldo de Susana Díaz es la única opción razonable que le queda, después de que la militancia ha votado con una clara mayoría a favor de Pedro Sánchez para que sea el Secretario General del PSOE, y en cuanto a pedir respeto para los presidentes de Comunidades Autónomas y expresidentes de Gobierno que apoyaron a su candidatura, está demás ya que, hasta la fecha, no se conoce que Pedro Sánchez se haya sobrepasado a pesar del desprecio y las malas formas que algunos utilizaron durante la campaña. A no ser que la palabra respeto sea un eufemismo que implique la inclusión en la nueva ejecutiva de quienes se pasaron de rosca descalificando a Pedro Sánchez y ahora quieren su parte en el pastel. Si recurrimos a las hemerotecas encontraremos militantes de todas las categorías atacando a Pedro para complacer a Susana creyéndola vencedora, que hoy se lo estarán pensando. Estamos hartos de ver políticos cuya permanencia en el poder responde a una capacidad de adaptación que ni los camaleones. Sólo son fieles a sí mismos, y los que han hecho de la política su única profesión, ya estarán realizando sus particulares ejercicios espirituales para ver donde tienen que poner el huevo para mantenerse.

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