Desesterar o no, esa es la cuestión

Época de desempolvado de los aparatos de los partidos, una lucha a degüello. No piensen mal. Es por la ciudadanía

Está el patio revuelto. Nos referimos a la estera política, en plena época de desempolvado de aparatos. El primero que lavó sus trapos, Ciudadanos, con Rivera en el papel de sheriff. Ahora, liquidadas las pelusillas que tuvieron la osadía de ponerse en su camino, y con el único sonido de las barrillas y las espuelas rodando en tierra, pretende limpiar el ideario estatutario con el que nacieron. Eliminar con su winchester palabros como socialdemocracia o centro-izquierda, y sustituirlos por todo lo que huela a liberal. Cambio de cromos para huir de marca blanca, recolocarse en el tablero político y no seguir cayendo en picado.

Los socialistas tienen cita también en unos meses. Los últimos que desesteran. Entre los aspirantes a jardinero, que limpie, pode y regenere el rosal de partido, Patxi López. Casi se atraganta, le faltó tiempo. Veremos, tal como él bautizó, cuántos "pachianos" secundan su candidatura, si son más que los de aquél cuyas aspiraciones de secretaría pareció que quiso frenar, Pedro Sánchez, el grande. No es no. Ya tiene lema, sobre cualquier otro. No al socialismo de siempre. No a la socialdemocracia felipista y zapaterista. No al "aparato", los barones y sus "cacicadas". En definitiva, y según su argumentario, no a Susana Díaz, la sultana andalusí que todos anhelan, y que nunca llega, con su cadencia parsimoniosa. Quiero, pero no puedo. Pasito para adelante, pasito para atrás. Y mientras esperan primarias, el Psoe desnortado.

Más madrugadores son los populares y los podemitas. En tan solo unos días se ven las caras para designar capos. El final de la película - o teatrillo- de los peperos es sabida. Más de lo mismo. Mariano hasta en la sopa. Otra historia será Vistalegre, que puede no hacer honor a su nombre. Un palacio vestido de cuadrilátero, en el que se espera no ver más morado que el de su logo, metafóricamente hablando. Frente a frente, el potro de Vallecas y el DiCaprio de la transversalidad. Amigos para siempre, amor eterno, pero transversal. O sea, tú me das, yo te doy.

Ah. Pero no se engañen. Que toda esta lucha por el poder, a degüello y mirándose al ombligo, es solo pensando en nosotros, por la ciudadanía. Para mejorar nuestras vidas. No vayan a creer ustedes que es por las bicocas, privilegios, sueldos, reverencias y resto de prebendas más que reciben encumbrados como dioses. No, por favor. No sean malpensados.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios