Discrepancias

¿En qué momento nos hemos convertido en una jauría de perros rabiosos, en profesionales del odio?

Algún día, alguien tendrá que estudiar el portentoso grado de agresividad que se ha apoderado de nosotros. El Mundo Obrero clandestino que yo tenía que repartir a escondidas en 1974 -cuando podías ir a la cárcel por hacerlo- no contenía ni una décima parte del odio al adversario que se vierte ahora en las redes sociales. ¿En qué momento nos hemos convertido en una jauría de perros rabiosos? ¿En qué momento hemos empezado a actuar como los profesionales del odio del 1984 orwelliano? Eso no lo sabemos, pero cada día tenemos una nueva prueba de que ya somos una sociedad así.

Javier Marías escribió el domingo en su columna que Gloria Fuertes no le parecía "una grandísima poeta" -una simple opinión literaria, ni más ni menos- y las redes sociales se han llenado de insultos contra Marías. "Cipotudo, pollavieja, resentido, tapón", esas cosas se han dicho. Cuánta cerrazón mental y cuánta estupidez anda suelta. Y eso que yo admiro a Gloria Fuertes y que ya lo escribí en 1998, cuando la poeta murió -y cuando no estaba nada de moda decirlo-, y lo repetí hace poco en estas mismas páginas. Pero es que Javier Marías tiene derecho a decir lo que quiera, y si alguien quiere llevarle la contraria, que use argumentos literarios, sí, y no insultos vergonzosos como ese de "pollavieja" (que ha usado Pablo Iglesias, dicho sea de paso). Pero está visto que toda discrepancia racional es imposible entre nosotros. Muchas feministas que defienden a Gloria Fuertes han repetido los nuevos dogmas de su "neolengua" -"empoderamiento, heteropatriarcado blanco, sororidad"-, sin caer en la cuenta de que esos conceptos se oponen por completo a las ideas sobre la claridad y la belleza poética que siempre defendió Gloria Fuertes, que era feminista por necesidad y por convicción personal y no por postureo ideológico. Incluso la imagino, si oyera estas palabras, encendiendo un cigarrillo y soltando esta frase: "Por favor, queridas mías, no me uséis estos palabros que los niños se marean. Y yo también".

Gloria Fuertes fue una gran poeta y una gran mujer. Eso es incuestionable, y justamente porque lo es, nadie debería preocuparse por una opinión literaria que no tiene mayor trascendencia. Y por favor, que alguien emprenda una campaña urgente de vacunación antirrábica. Para humanos aparentemente racionales, se entiende.

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