Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

Elogio de premiados 2016

La distinción de paisanos ejemplarizantes se alza como tarea irrenunciable del buen periodismo

Una prensa seria, o sea, que honre su vocación de servicio social, es aquella que ayuda a contextualizar, en presente continuo, lo que ha ocurrido o esté por suceder, facilitando perspectivas que ayuden a racionalizar la información y a posicionarse ante los continuos avatares que genera vivir en sociedad. En tal cometido, la distinción de paisanos ejemplarizantes, se alza como tarea irrenunciable del buen periodismo. Y explicar sus distinciones, también. Por eso, desde mi modesta colaboración en el jurado de los premios del Diario de Almería, permitan que les esboce algunas razones que justificaron los galardones de esta edición, al sentir de quien suscribe, complementando la glosa más objetiva que ya se ofreció el director del Diario en la gala del pasado día 9 en el Auditorio. A Carlos Pérez Siquier, se le premió por ser pionero en un arte de fotográfico que él transfigura en pura entelequia, con la que lleva décadas desnudando formas y esencias de Cabo de Gata, la Chanca, las azoteas y gentes de esta tierra, que han quedado absorbidas y reveladas por siempre en sus cámaras, para mostrar al mundo, a la vez, la gracia y la miseria de nuestro hábitat.

La exquisita obra del Julio Alfredo Egea, aborda y dilucida la cuestión del ser y el sentido de la belleza, según él mismo ha sugerido alguna vez, erigiendo con sus palabras -qué mejor palabra que la suya-, un universo simbólico, melódico, inimitable, "soñando con hacernos la vida más hermosa" con un soliloquio en el que va "poniendo un nombre nuevo al alma de las cosas". Potencia reservada a los dioses creativos.

El premio a Las Adoratrices es el homenaje a la solidaridad social, anónima e indesmayable, contra la explotación y la trata de mujeres inermes. Ellas no alardean de su entrega: acuden para ayudar a quien lo precisa, silentes, cercanas, en una labor durísima entre invernaderos y cunetas, en despoblados y periferias urbanas, auxiliando a quienes allí malviven cautivas de la desesperanza. Si quieren asistirlas, no vayan a ningún convento. Acudan donde les digo.

Y el profesor Luis Cruz Pizarro, Catedrático de Ecología, es un sabio, reconocido hoy internacionalmente, discípulo del José Mª Artero que inspiró a tantos jóvenes almeriense el amor por la biología; alguno, como Luis, con su inteligencia y brío, ha llegado a ser una autoridad mundial en ambientes extremos y recursos hídricos. Mi aplauso para ellos.

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