La Expo borrada

El protagonismo verdadero de Sevilla se ha visto después. Ahí tenemos las infraestructuras paralizadas

En Sevilla se han publicado muchas noticias del Año de Murillo, aunque mayormente será celebrado en 2018. Aprovechando la oportunidad de que Bartolomé Esteban fue bautizado el 1 de enero de 1618 en la Magdalena, lo principal que se hará en 2017 es abrir la conmemoración, pero lo fundamental se podrá contemplar (si Dios quiere y hay dinero suficiente) el próximo año. Así que no sean ustedes tan impacientes, que todavía queda tarea, y dejen trabajar a los que intentan organizarlo. Por el contrario, sí se celebrará en 2017 el XXV aniversario de la Expo 92, una conmemoración de menor rango artístico, que va en el modo silencio de Sevilla.

El alcalde Juan Espadas nombró a Julio Cuesta comisario de las bodas de plata de la Expo. En Sevilla se estima que 25 años no es nada, aunque por motivos semejantes se han organizado procesiones extraordinarias. Incluso la Macarena fue a la Catedral, en 1989, con motivo del XXV aniversario de su coronación canónica; siendo hermano mayor José Luis de Pablo-Romero. Quiere decir que las procesiones extraordinarias no se han inventado el año pasado. Y que 25 años tampoco son para que se olviden tan fácilmente.

Parece como si a una cierta Sevilla le diera vergüenza de la Expo 92. En el resto de Andalucía y otros lugares de España se la han echado en cara. Para decir que por culpa del favoritismo de Felipe González, entonces presidente, y gracias a lo que trajinaba Alejandro Rojas-Marcos, entonces alcalde, a Sevilla se le dio un protagonismo superior al que le correspondía. Y que así llegó el AVE y lo demás. Incluido el Teatro de la Maestranza y la Orquesta.

El protagonismo verdadero de Sevilla se ha visto después. Ahí tenemos casi todas las infraestructuras posteriores a la Expo paralizadas. Se inauguró una línea de Metro y olvidaron cuatro. El anillo del tren Cercanías sin terminar. La SE-40 incompleta. La autovía de la A-4 a Cádiz pendiente de que la terminen, mientras discuten por el peaje de la autopista. Los millones del AVE de Sevilla a Málaga enterrados. Eso sí, siempre nos quedará el tranvía de Santa Justa. Y el dragado del río, que es otro camelo. Como Tablada, por ejemplo.

La Expo 92, en contra de lo que se suele decir, no fue una oportunidad totalmente perdida, sino lo mejor que le ha tocado a Sevilla desde que se murió Franco en adelante. Puede que sea lo único que se puede conmemorar con cierta alegría. Aunque el legado de lo que se quedó en la isla de la Cartuja parezca insuficiente.

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