La tapia del manicomio

Fiestas con octava

La Navidad ya hace tiempo que dura mes y pico, sin contar con que los escaparates se llenan de adornos en octubre

Tradicionalmente, nuestra católica Iglesia ha sostenido que todos los santos tienen octava. Esto quiere decir que cualquier celebración religiosa se "celebraba" durante los siete días siguientes a la fiesta propiamente dicha: ocho días, una octava. Claro que, entonces las celebraciones salían bastante económicas a los ciudadanos.

El que quería iba a misa los ocho días y el que no, pues nada. Desde que se inventó la sociología en el siglo XX, las cosas han cambiado. A peor, como bien dijo Peter, el del Principio. Desde san Max Weber, la religiosidad laica -admítase el oxímoron- ha ganado terreno y las fiestas han pasado a ser sociales y consumistas, incluidas las religiosas. El "principio de la octava" se ha quedado chico. Qué decimos chico, ridículo.

Ahora, para que las masas, primero se enteren y luego pierdan el sentido con el crédito de la tarjeta de crédito, hace falta más tiempo. Y se toma. El más reciente es el Viernes Negro.

Lo inventaron los yanquis, aprovechando que celebran el Día de Acción de Gracias el último jueves de noviembre, para empezar las rebajas de invierno al día siguiente. Lo llamaron Negro porque ese día cambiaba el color de las cuentas de lo comercios, pasando de números rojos a negros. Siguiendo la vieja regla de la octava el viernes en España dura ocho días. Esta ampliación de los festejos viene de lejos: el Día de la Cruz, que es el 3 de mayo, en Almería dura diez días: de un viernes al domingo de la semana siguiente. La Semana Santa se extiende doce o trece días, sin contar con las vísperas: ensayos, "tráiler" de procesiones, besamanos y penitencias varias.

Pero nuestro récord lo tenemos encima: la Navidad era una noche (Buena) y un día, con el estrambote de los Reyes Magos y el inciso laico de la Nochevieja, que venía a ser un respiro entre tanto incienso y oro. Ya hace tiempo que dura un mes y pico, sin contar con que los escaparates se llenan de productos y adornos navideños en octubre.

El viernes pasado, dos de diciembre, ya tuvimos la prueba del alumbrado, en este caso navideño, que este año ha contado con la novedad de ir acompañada de un castillico de cohetes y otras tecnologías. Y así empalmamos con la octava del Viernes Negro. Total, adiós paga extra.

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