Jugador nº 12

José Manuel / Sánchez

Lágrimas en Chapín

EL Polideportivo Ejido dejó en la tarde del domingo casi sentenciado, no matemática pero sí teóricamente, su descenso de categoría. Lo hizo además, de la forma más triste posible. Perdiendo contra un equipo hermano, el Xerez, y arropados con ocho autobuses de aficionados celestes, muchos de los cuáles no pudieron contener las lágrimas en Chapín y pasaron con toda seguridad, el peor viaje de vuelta que se pueda imaginar.

Solamente una rocambolesca combinación de resultados, unido al hecho de que el Poli gane sus partidos, (y en el caso del enfrentamiento del próximo domingo ante el Albacete por más de dos goles de diferencia para ganarle el gol-average) daría opción al milagro, siempre y cuando no sigan sumando el Córdoba, el Cádiz, el Granada 74… vamos, que no. Que esta vez no va a poder ser. El equipo está con un pie y medio en Segunda División B, y aunque duela decirlo, merecidamente. Ha ocupado el farolillo rojo durante más jornadas que ningún otro equipo y ha tirado por la borda innumerables ocasiones para salir del pozo.

Al menos una cosa volvió a quedar muy clara: el equipo ejidense cuenta con una afición de primera, que tras recibir un palo tras otro a lo largo de toda esta campaña ha seguido y seguirá animando a su equipo hasta el final. Por ellos, por todos esos que de una forma u otra han apoyado al equipo, creo que los jugadores, que son al fin y al cabo, los que saltan al césped, están obligados a brindarles un final de liga digno, y darlo todo en los dos partidos que restan por disputarse.

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