Música

Unos pocos, no pueden poder con casi todos. Y vencerán, solo si sus actos logren anidar el odio en nuestros corazones

Hace años en uno de mis libros, decía que la música es la vanguardia evolutiva del lenguaje humano, porque con la música se pueden expresar cosas, que el lenguaje verbal no alcanza a expresar. Esta semana en Manchester un magnífico concierto, ha sido la respuesta y el homenaje a otro, jalonado por un atentado terrorista que, como otros muchos actos de terror, segó vidas inocentes, en un mundo enloquecido y que no alienta al optimismo. Bajo excelentes melodías, el amor fue el mensaje. Una multitud y unos artistas emocionados, lanzaron un mensaje de esperanza a un mundo encogido por el terror, a un mundo, donde la xenofobia, y las actitudes dictatoriales, tienen un extenso campo de cultivo, regado a la vez, por el egoísmo globalizado y por la sangre de las víctimas de unos descerebrados. Los cuales, en nombre de Alá, han vaciado sus mentes de cualquier vestigio de eso, que tanto se recalcó en el concierto: el amor. Y Alá, si existiera, estaría tan aterrorizado e indignado, como estamos la mayoría. Porque no olvidemos eso. Somos la mayoría aplastante, si es que el miedo no nos vence, y si es que no caemos en la tentación de cambiar el amor por el odio, y la libertad por la seguridad. La música inundó los cielos de Manchester, resistiéndose a ser machacada y atenazada por el terror, y un mensaje de amor y de paz circuló entre espectaculares canciones. La música, una vez más fue la mensajera de sentimientos y emociones, difícilmente expresables con palabras. Unos pocos, no pueden poder con casi todos. Y vencerán, solo si sus actos logren anidar el odio en nuestros corazones, y el miedo en nuestras ansias de libertad. Nunca olvidemos, que el amor insospechadamente, ha ganado muchas batallas. Recordemos a Mahatma Gandhi, que logro liberar a la India del yugo inglés, con esa sola y poderosa arma.

Somos más. Y los yihadistas, trumpistas, neonazis, y otros enemigos de la libertad y del planeta, no deben poder con nosotros. Sí, somos más, los que amamos la paz y la libertad, y a nuestra herida madre tierra. Y en Manchester la música gritó por nosotros. Gritó por un mundo, en el que el amor a las personas sea el objetivo principal, sean del color de piel que sean. Un mundo que respete y ame la diversidad. Un mundo en el que la solidaridad sea irrenunciable como forma de vida. Gritó por un mundo que cuide de su hogar. Y nuestro hogar es nuestro planeta. Y no olvidemos que acabar con él, es el mayor de los asesinatos.

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