Nostalgia y desencanto

El tipo de sociedad que hemos construido está muy lejos de ser una sociedad igualitaria y solidaria

Me van a perdonar este desahogo. Pero se trata de un momento en el que me resulta inevitable. Normalmente tengo fama de optimista entre las personas que me rodean. Puede que un optimista no sea más que un pesimista desinformado (se dice), pero ante cualquier dificultad suelo crecerme y pensar que, antes o después, siempre tendrá solución. Pero esta vez me viene el pesimismo y les contaré por qué. Venía el otro día de viaje y me dio por poner un viejo CD titulado "Canciones para una transición". Inevitablemente se despertó la nostalgia, el recuerdo de aquellos días, lamentablemente ya lejanos, en los que cantábamos, a veces soto voce, a veces a voz en cuello, esas canciones que teníamos por revolucionarias. Me emocionaba incluso al oír los aplausos de los asistentes, que coreaban las canciones y que se mostraban dispuestos incluso a "galopar hasta enterrarlos en el mar". Nos las prometíamos muy felices pensando que con nuestra actitud y nuestros proyectos podríamos llegar a una nueva sociedad, algo nuevo con lo que soñábamos. Creíamos que con el slogan "abajo lo viejo, arriba lo nuevo" podríamos solucionar todos nuestros problemas y vivir en una sociedad de libertad y, sobre todo, de tolerancia y solidaridad. Eso vendría de forma ineluctable. Pensábamos que, Interviniendo cada uno en su faceta, en mi caso durante muchos años mediante la educación, podríamos formar unas nuevas generaciones alejadas de aquellos antepasados de los que se decía que "tenían la violencia a flor de piel". Y comparaba aquellos sueños, aquellos ideales, con la realidad que no solo nos está rodeando, sino que nos está asfixiando. El tipo de sociedad que hemos construido está muy lejos de ser una sociedad igualitaria y solidaria. Y no digamos nada de aquellos a los que hemos elegido, nuestros dirigentes políticos, los miembros notables de los partidos viejos y nuevos que distan muchas leguas de ser aquello que debían ser: modelos en los que poder fijarnos y que coadyuven a conseguir nuestro ideal. Corruptelas y corrupciones, luchas despiadadas por el poder, trampas, mentiras y superficialidades en sus mensajes, son lamentablemente sus principales notas distintivas. Y aunque yo estoy muy lejos de ser Ortega y Gasset (al que en mis clases, con todos los respetos llamaba D.José), digo como él en su famosa conferencia ante la realidad de la República en la que estaba viviendo: "No es esto; no es esto".

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