El callejón del gato

Oportunidad perdida

Hagamos política ficción y retrocedamos a los meses en los que el PP necesitaba la abstención del PSOE

No dudo de la buena voluntad de los políticos del PSOE cuando piden mejoras para nuestra ciudad, y en particular cuando reclaman al Gobierno de Mariano Rajoy que, de una vez por todas, atiendan las reivindicaciones de los almerienses en cuanto a comunicaciones se refiere, o sea, acabar con una situación de aislamiento tan caótica que traspasa los límites del descuido, como si se tratara de una condena que Almería se mereciera por el simple hecho de hallarse en la esquina del mapa, por las horas de sol que nos alumbra, o vaya usted a saber por qué. Repito que no dudo de la buena voluntad de los que ahora reclaman tales derechos, pero pienso que han perdido la oportunidad de comprometer a Mariano Rajoy, cuando nada le han exigido a cambio de la abstención que le ha proporcionado la presidencia del Gobierno. Hagamos política ficción y retrocedamos a los meses que el Partido Popular necesitaba la abstención de los socialistas para alcanzar el poder. Imaginemos que el PSOE de Andalucía, cuyo poderío se ha demostrado con creces a la hora de tomar la decisión de aniquilar la ejecutiva de Pedro Sánchez, hubiera puesto condiciones que resultaran beneficiosas para la comunidad, a cambio de facilitar un gobierno del PP. Y desde una posición más cercana, que los dirigentes del PSOE de Almería, a su vez, hubieran exigido a Susana Díaz, si quería contar con ellos, que se incluyeran en el paquete las obras que desde hace años estamos reivindicando. Y que a resultas de unas oportunas negociaciones, el futuro presidente del Gobierno hubiera adquirido el compromiso ineludible de corresponder a las demandas, bajo la amenaza de una moción de censura al menor descuido de su cumplimiento. De esa manera los dirigentes socialistas partidarios de la abstención, instigadores y vencedores de una lucha interna que ha fragmentado el partido, al menos podrían justificar su discutido proceder para facilitar que Mariano Rajoy pudiera formar gobierno. Y los socialistas que ocupan escaño en el Parlamento, practicando una oposición implacable, podrían llevar la cuenta de cada uno de los compromisos adquiridos y apuntarse el tanto correspondiente conforme se les fueran dando cumplimiento. Pero habiéndole puesto en bandeja el gobierno al PP, sin condición alguna, Mariano Rajoy hará lo que le parezca, y si tuviera el antojo de favorecer a los almerienses con alguna gracia, cualquiera le quita el mérito de haber sido el único benefactor.

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