UN terrícola, J. J. Benítez, ha hablado en El Ejido sobre marcianos. Sabiendo que no son éstos los que compran libros, sino los humanos, el veterano autor dejó entrever sospechas del más allá, posibles presencias extraterrestres e idas y venidas de platillos volantes en la provincia.

Todo un extraordinario ejercicio de "marketing" ahora que ha publicado su última obra "El hombre que susurraba a los Ummitas" y anuncia la novena edición de "Caballo de Troya".

Es verdad que en julio de 1969 y en noviembre de 1979 Almería vivió una auténtica fiebre del ovni.

Recuerdo que había gente que decía conocer a otra gente que afirmaba haber visto en el cielo del "Rincón de las Panochas" una cosa redonda y anaranjada. I

ncluso el rumor salió en el periódico, aunque el único testimonio con nombre y apellidos fue el de una señora de la Plaza del Quemadero, que habló en nombre de sus vecinas. Pero aquello, lógicamente, se diluyó.

Aún siendo consciente de que hablando de J. J. Benítez le promociono sus títulos, no me resisto a darle la razón: Efectivamente, en Almería "hay ovnis".

Yo mismo los he probado en varios bares que los ofrecen de tapa; no hay duda de que el huevecillo de codorniz que sustenta el plato le otorga un sabor tan suculento que, cualquiera, puede ver desde la barra del bar luces no identificadas en el firmamento.

Hay otros establecimientos hosteleros de la capital que, con los mismos ingredientes, han bautizado a la tapa como "platillo volante", quizás porque la cocinan y sirven con mayor rapidez.

De lo que estoy seguro es que hay más almerienses que han visto "el ovni" o "el platillo volante" en la mesa que en el cielo.

Yo aconsejaría a los dueños de los bares que ofrecen tan suculentos manjares que patentaran el nombre de las tapas, no vaya a ser que aparezca un "marciano" y les pida los derechos cósmicos de este importante autor.

Ya hay un tío en Burgos que ha registrado el nombre de "platillovolante.com" e incluso una agencia de viajes anotó en el Ministerio como propio el nombre "Ovni Tours", quizás previendo el futuro turismo espacial.

Ignoro si Benítez conocerá la realidad interespacial de Madrid, pero cerca de la Puerta del Sol hay una pequeña taberna que se llama "Del marciano" donde "aceptan terrícolas" y afirman servir "cañas de otro planeta".

Como ven, la ufología está más próxima al fogón que a la investigación científica, por mucho que se empeñe J. J.