Patrimonio Industrial

Muy poco. Esa es la respuesta cuando observamos la estación del tren y el Cable Inglés

Muy poco. Esa es la respuesta cuando observamos dos elementos singulares de la ciudad de Almería: la estación de ferrocarril y el Cable Inglés. Ambos son una imagen distintiva de nuestra ciudad que están sumidos en el abandono y sin un proyecto claro que defina cual va a ser el futuro de dos piezas únicas del patrimonio industrial español. La primera de ellas ha sido la estrella mediática de los últimos tiempos, siempre pendiente de una rehabilitación integral que nunca llega; la segunda, vivió su centenario en 2004 con fuegos artificiales incluidos, se consolidó la deteriorada estructura y nunca más se supo. Los dos están íntimamente relacionados, pues desde la estación subían los vagones cargados de mineral hasta el embarcadero a través de unas vías que hoy no están en un espacio reconvertido en parque. Qué oportunidad para que cualquier persona pueda visitar la estación y hacer ese mismo recorrido ascendiendo suavemente por el Cable Inglés hasta las toperas y disfrutar de una vista impagable de Almería y su bahía. ¿Y si, además, pudiera hacerlo en un pequeño tren? Nos lo podemos imaginar, y eso que es solo una pequeña parte del atractivo que suponen ambos elementos. Sin embargo, ahí están, olvidados.

Almería está necesitada de nuevos incentivos turísticos-culturales que ofrezcan algo diferente a los que nos visitan y, por eso, tenemos que dar gracias a nuestros antepasados por legarnos estas dos joyas de la arquitectura industrial. No hace falta rebuscar esos atractivos, están delante de nuestras narices, en pleno centro de la ciudad y forman parte del paisaje urbano y la historia almeriense. Entonces, ¿por qué nos resignamos solamente a seguir contemplándolos mientras se van deteriorando? Es una oportunidad para que los responsables de las instituciones demuestren que quieren a Almería y se centren en este objetivo: rehabilitación total de estos dos elementos arquitectónicos y nuevos usos de sus instalaciones. Los ciudadanos lo agradecerán.

¿De verdad no hay nadie con sensibilidad e interés en la Administración central, autonómica, provincial o local que sea capaz de salvaguardar y abrir a los ciudadanos la estación de ferrocarril de Almería y el Cable Inglés para su uso y disfrute?

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