Persecución

Habría que empezar por exigir a quien acuse que huya de estrategias destinadas al oponente político

Supongo que cualquier gangster, pongamos Al Capone, tendría motivos suficientes para quejarse de que la policía lo tuviera sometido a constante vigilancia, y de ser objeto de persecución. A mí no me extrañaría. Claro que también la policía tenía motivos suficientes para tenerlo siempre bajo su prisma. Pensaban que solo era cuestión de tiempo y de paciencia y que ya tendría un desliz suficiente como para poder detenerlo. Y así fue. La persecución dio sus frutos. Claro que no es cierto que todos los casos en los que se encuentren perseguidos sean de la misma naturaleza. También hay perseguidos en las dictaduras donde los disidentes terminan detenidos sin más motivos que la no aceptación del régimen. Consideramos justamente perseguidos a los primeros, e inicuamente perseguidos a los segundos. Dada la posibilidad de que la persecución pueda ser algo injusto, encontramos que en el mundo de nuestros políticos se hable casi siempre de persecución política (que llamaría "partidista") cuando se acusa a alguien que está en el poder de estar haciendo algo que no debe, o de dejar de hacer algo que sí debería hacer. Desde aquellos gritos desaforados de un alcalde que decía "no vienen a por mí, vienen por el PP", en el momento de ser detenido por la policía, hasta las justificaciones del señor Nieto, pasando por las alegaciones de altos cargos del Psoe ante el problema de los ERE, todas utilizan como escudo protector decir que ellos no han cometido delito alguno, sino que son objeto de luchas y rencillas partidistas. El problema está en que si no se hubiera dado ningún caso de persecución por motivos políticos (Demetrio Madrid, por ejemplo, y algunos otros) nunca le haríamos caso a los que alegan persecución política. Podríamos decir siempre que mienten. Ahora bien, dados estos precedentes, siempre cabe la posibilidad (tal vez remota) de que, efectivamente, se trate de inocentes falsamente acusados. ¿Cómo podría evitarse el recurso a tan manida excusa? Habría que empezar por exigir a quien acuse que huya de estrategias destinadas a hundir al oponente político ¿Habría que penalizar a los que acusan falsamente? Si pudiéramos conseguir que las acusaciones siempre tuvieran un fundamento suficiente y no la mera sospecha, los juzgados no estarían saturados de expedientes, los jueces no tendrían que estar tan en guardia y habríamos dado un paso de gigante en la limpieza de la vida pública.

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