Lo aprendí de...

carmen crespo

Rejuvenecer el campo

El sector precisa de una cualificación que sólo es posible con la incorporación de savia nueva y más aportes hídricos

Como nieta de agricultor que soy he aprendido a ver en nuestra tierra esa oportunidad de vida y esplendor de una provincia que ha sabido hacer de la agricultura, no sin esfuerzo, un pilar económico. Tras cinco décadas de sacrificio, en la que los agricultores han sido capaz de optimizar al máximo los recursos, adaptarse a cada una de las exigencias de los mercados mundiales que lideran, afrontar los retos de la internacionalización o la concentración de la oferta, nos encontramos ante un sector Agroalimentario competitivo e innovador que genera riqueza y empleo al aportar casi un 20% al PIB andaluz. Datos más que suficientes para exigir al Gobierno andaluz a que se vuelque con ayudas, planes de industrialización e infraestructuras con un sector que da tanto a Andalucía. Es urgente, y así lo piden las organizaciones agrarias, una apuesta seria y rigurosa por el relevo generacional. Y es que el 70% de los titulares de explotaciones agrarias tienen más de 50 años y el 35% supera los 65. Ello indica que el campo empieza a envejecer y que se necesita, con urgencia, que las ayudas del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2020 se destine íntegramente a este fin. Hoy sólo 2 de cada 10 jóvenes de Andalucía acceden a ellas y eso es un error que debe de solucionarse, porque el 90% de jóvenes agricultores de Almería se han quedado fuera por culpa de esos criterios y puntuación implantados que, al margen de crear discriminación, evitan facilitar su incorporación a la agricultura cuando está constatado que este hecho genera 8 puestos de trabajo directos y asegura el futuro y el carácter innovador de un sector a la última en materia de I+D+I. Sabemos que hay que hacer y como actuar. Lo aprendí de Francisco Vargas (Asaja), Andrés Góngora (Coag) y Paqui Iglesias (UPA); el relevo generacional pasa porque la administración realice un mayor esfuerzo económico y ponga sobre la mesa 50 millones más al PDR. No se pueden seguir recortando, como vemos año a año, el presupuesto de la Consejería de Agricultura porque ésta es la única que ha visto reducida sus inversiones en 2017 en un 0,6% a pesar de la subida en un 6,2% de la totalidad del presupuesto. Hay que acabar con la discriminación creada entre los agricultores andaluces con el requisito de 'zonas de revitalización', un baremo de puntuación injusto que lo único que consigue es que no lleguen las ayudas. Por último, dejar de desviar fondos del PDR y de Europa, que es dinero para la modernización del campo, a otros sectores que ya cuentan con otras líneas de financiación.

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