Hoja de ruta

Ignacio Martínez

Resistiré

MI colega y amigo Juanjo Téllez contaba el otro día, en un programa de TVE, la anécdota de alguien ingenioso que preguntó a Antonio Burgos: ¿siendo del Betis y de Curro, usted cuándo es feliz? No paro de acordarme de la cita desde la remontada del Betis al Barcelona. Los béticos somos felices en días como ese. Y los curristas, como se sabe, éramos felices con sólo media verónica. El Betis levantaba simpatías en toda España antes de que se lo apropiara ese señor que le ha puesto su nombre al estadio. Era también un buen símbolo de Andalucía. Se da, además, la circunstancia redundante de que Curro Romero es bético. Y arte y tenacidad son valores notables para representar a una región.

Volviendo de Madrid del programa en cuestión, pusieron en el AVE una película, Odette, sobre una viuda belga cuarentona, dependienta en unos grandes almacenes, con dos hijos, que no tiene ningún motivo aparente para ser feliz y, sin embargo, lo es. Mientras, su novelista favorito, el escritor parisino Balthazar Balsan, rico y seductor, no tiene ningún motivo para ser infeliz, pero lo es. Es una divertida comedia sobre la felicidad; aunque no llega a la categoría de Amélie.

Encontré algo extraño en esta película francesa: ofrece una imagen de los belgas que no es el estereotipo que tienen en la vecina república de este pequeño reino. En Francia, los chistes de leperos son chistes de belgas. Y eso, los belgas lo llevan peor que los leperos. Aquel lunes postelectoral, las televisiones habían emitido reportajes con reacciones en la calle sobre los resultados. Las frases ocurrentes de los andaluces hicieron sonreír. No en balde, en España los chistes de leperos son chistes de andaluces. Tópicos fomentados porque los grandes acontecimientos mediáticos de Andalucía o abren las páginas de sucesos o los programas de humor, pero no suelen ser gestas artísticas, empresariales o deportivas.

Por eso me acordaba el sábado del entrenador del Betis Paco Chaparro, que arenga a su equipo con el Resistiré, del Dúo Dinámico. Una canción que da para mucho. Un grupo de almerienses de segunda residencia, como Manuel Marín, Joaquín Almunia o Amalia Sánchez Sampedro, la utilizan para dar la bienvenida al año nuevo en Vera. Almodóvar terminó con esta balada su película Átame, protagonizada por Antonio Banderas. Magdalena Álvarez [antes partía que doblá] no es seguidora de su filosofía, porque la letra dice: "Soy como el junco que se dobla, pero siempre sigue en pie". Y el autoritario presidente de la Federación de Fútbol, Ángel M. Villar, parece el destinatario del resto del estribillo: "Resistiré, para seguir viviendo / soportaré los golpes y jamás me rendiré / y aunque los sueños se me rompan en pedazos / resistiré, resistiré". Lo de Chaparro es más épico que lúdico, pero tiene sobrados motivos para ser feliz. Espero que lo sea.

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