El Sabina

Lo más emocionante que me ha pasado en los 10 últimos años es que Montoro me los ha puesto de corbata

El Sabina es un experto en resucitar, ha resucitado al menos seis veces. Y con esta quizás siete. Así que ya ha gastado al menos seis vidas y por tanto le queda una y la gasta en sacar un nuevo disco. Abrumado por la actualidad estúpida, su resurrección es irrelevante, como las páginas culturales de los diarios. No obstante el Sabina orquesta milimétricamente su resurrección y la programa con audición selecta para los medios. Al resto de la plebe nos manda un par de canciones para que nos chutemos en youtube, que de poco sirve porque el Sabina ya sube poco. Luego en los diarios del finde da migajas de su enésima vuelta del más allá. Curiosamente es el ABC el que le saca más dandi porque los otros toma imagen de archivo y vas que te matas. A la pose del ABC se le podría dedicar un sólo artículo, el Sabina con cara triste entre los escándalos de los demás. El Sabina no tiene un mísero escándalo, no como su amiguete el Maradona, que tiene para varias páginas y no hace falta que haga discos ni nada. El Sabina se lo tiene que currar durante varios meses y sacar el último jugo de su mito olvidado. Un tema con Hacienda, y eso qué es frente a las burradas que podemos ver en todos los medios cada día, apenas una reseña, apenas una esquela. Y encima le saca partido creativo. Es más, en el aire flota que es Montoro el que le obliga a salir del agujero del ocaso de un piso-museo. A lo mejor es que a Montoro le gusta y por eso le hace hacer un disco y giras. Listening Party se llama eso de llamar a los medios para que escuchen un nuevo disco. Es una nueva manera de sobornarlos, tan antigua como moderna. Y dale con el ictus, que cansino el Sabina, le dio a él y nos lo dio a todos por los siglos de los siglos. En la repelente forma periodística de explicarnos las canciones no hay ni un ápice de confesión malditista, es pura rutina de nuevo disco. Y eso que el Sabina era experto en ponernos a cien con libritos de cotilleos biográficos pero a ver que nos va a contar aparte de levantarse por la tarde, leer periódicos comprados por un propio, ver la tele, jugar al billar y espantar al gato. Es decir, más o menos lo que viene haciendo durante una década. Y luego salir de incógnito, vomitar y cantar ante miles de fans que le paguen la pensión. Cantarnos y contarnos su exvida. Lo más emocionante que me ha pasado en los diez últimos años es que Montoro me los ha puesto de corbata.

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