UNA puerta hacia la Copa de la UEFA que se abrirá, se entornará o definitivamente se cerrará según el signo final del partido de esta noche en el Pizjuán. A todas luces, el resultado es determinante, por ser este quien ocupa, con seis puntos más, la segunda plaza de acceso directo. La primera es, de momento, del Rácing, con 8 puntos más. Es conveniente saber que la clasificación para la UEFA siempre ha oscilado entre los 55 y los 60 puntos.

La UD Almería garantizó la pasada jornada con la victoria frente al Villarreal su continuidad en Primera, tras alcanzar los 45 puntos, y ahora dispone de un margen, suficiente pero complicado a la vez, de seis partidos. La principal dificultad estriba en el calendario, cuatro partidos fuera (Sevilla, Valladolid, Getafe y Español) y sólo dos dentro (Betis y Recreativo).

Un jugador talentoso donde los haya, Carlos García, me decía ayer: "Si le ganamos al Sevilla tenemos que ir claramente a por la UEFA". Y es que en el subconsciente de los jugadores está presente la competición europea como un logro factible, aunque el margen de maniobra es muy reducido y todo dependerá del resultado de hoy.

Ganar en el Pizjuán es harto complicado, pero no descabellado. Allí han vencido Español, Depor, Mallorca y Atlético. Pese al ruidoso apoyo de sus incondicionales, el Sevilla no es infalible y el Almería lo sabe. Un Almería que siempre ha dado la talla en los grandes escenarios aunque, llamémosle los elementos, no le permitieran ganar.

Partido, pues, de marcado acento continental. Un Sevilla a 3 puntos de la Champions y un Almería a 6 de la UEFA, pero con una sutil diferencia, que los de Emery ya han cubierto su objetivo y no así los de Jiménez. Por lo tanto, esta noche habrá un equipo con los deberes hechos, con máxima intensidad pero sin ninguna presión, y otro obligado a ganar y al que el trascurrir de los minutos sin lograr marcar podría revertírsele muy en su contra.