República de las Letras

Susana es el límite

De izquierdas de verdad, es decir, la izquierda que reforma, limita y pone el sistema capitalista a favor del ciudadano

Es difícil sustraerse al impulso de comentar lo del sesenta aniversario de la Unión Europea teniendo delante lo de Susana Díaz. ¿Qué no tienen nada que ver? Claro que sí. Aquello, lo del Tratado de Roma y la creación del Mercado Común Europeo, estuvo lleno de sinceridad: no nacía la Europa de los ciudadanos, ni mucho menos la Europa de los pueblos; nacía un gran mercado, como su mismo nombre indicaba. Nacía la Europa del capital. Que no dejaran entrar a Franco no fue más que una anécdota. A cambio, vino la invasión de la cultura americana: los bares, la leche en polvo, el chicle, la VI Flota, el cine -sobre todo en Almería-, el rock, la defenestración de Falange y el Movimiento, los planes de desarrollo de López Rodó… Y los frigoríficos, las lavadoras, los barrios de casas baratas -y malas- y, sobre todo, el 600 -con licencia Fiat, es decir, de uno de los países fundadores del Mercado Común-. Aquí siguió la dictadura, pero su rostro ya no quería recordar al fascismo.

En cambio esto, lo de Susana, es pura impostura. Su candidatura a la secretaría general del PSOE nace de cierta reunión discreta, si no secreta, en la que se urdió la trama que depondría a Pedro de Sánchez, secretario general a la sazón. El motivo fueron las negociaciones que éste estaría llevando a cabo con Pablo Iglesias, de Unidos Podemos, para impedir el gobierno de Mariano Rajoy e intentar la formación de un gobierno de izquierdas. De izquierdas de verdad, es decir, la izquierda que reforma, limita y pone el sistema capitalista a favor del ciudadano. Se mostró entonces a militantes y votantes socialistas, con la excusa de la eterna cuestión catalana, no resuelta en un siglo, cuál era el margen de maniobra en que se podía mover el partido: el bipartidismo de 1978, regido por una panda de corruptos. De ahí no se podía salir. Se impidió el cambio, tan preconizado en otro tiempo por el PSOE, y el partido quedó en manos de quienes no sólo no trabajan por el socialismo, sino ni siquiera por la reforma continua y la humanización del capitalismo neoliberal imperante. Y Susana es, para este sector, pieza clave. España entró en la Unión Europea sobre el supuesto de que nadie en la Europa del capital puede tener opción a modificar profundamente el sistema en ninguno de los países miembros. Lo hemos visto en Grecia. En España, con el golpe en el PSOE contra Pedro Sánchez, Susana es el límite permitido.

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