Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Taras históricas

¿Aseguró el PSOE en 1982 que iba a necesitar más de 40 años, el patrón Franco, para equilibrar a Andalucía con el país?

La consejera de Educación, Adelaida de la Calle, acaba de presentar una enmienda a la totalidad al relato de los 34 años de gobiernos del PSOE en Andalucía. Ni Juanma Moreno se hubiera atrevido a tanto. En su opinión, el nivel de rendimiento escolar en España es tan dispar entre las comunidades autónomas porque partían de puestos de salidas muy diferentes y, como argumento, De la Calle recuerda cómo en la Transición aún había analfabetismo en Andalucía. Se trata, por tanto, del atraso secular andaluz, nuestro hecho diferencial, de una condena atemporal que debemos soportar tal como los judíos aguantan la circuncisión, digámolos bien alto, Adelaida: es nuestra tara histórica.

El PSOE lleva gobernando en Andalucía de modo ininterrumpido desde hace 34 años. Si tomamos como medida de un ciclo histórico-político los 40 años, que fue el tiempo que Franco duró en el poder y que es casi la vigencia de nuestra actual Constitución, podemos concluir que el PSOE andaluz ha agotado uno de estos intervalos temporales -el patrón Franco-, al cabo del cual el gobernante es responsable por sí mismo. No hay excusas pretéritas. Por tanto, cabe preguntarse por qué en estos 40 años Andalucía no ha podido salir del furgón de cola de las comunidades en cuanto a nivel educativo, cultural y económico. Buena parte de la militancia y de la dirección socialista de aquellos años provenían, precisamente, del campo educativo, eran maestros y profesores. Cada aula iba a ser un ascensor social, tan importante o más que la mejora de los convenios de las empresas. El colegio y el hospital, los pares de la trilogía socialdemócrata junto a las pensiones. No fue mala idea.

Cuando Susana Díaz fue elegida secretaria general de su partido en el congreso de Granada, asumió que el PSOE también debía tener su culpa en el diferencial de paro andaluz, puesto que su partido había gobernado Andalucía desde el inicio de nuestra historia autonómica. Un poco de autocrítica, Adelaida, no viene mal, sobre todo si se lleva a la práctica. Aceptemos, por tanto, que si bien se ha conseguido universalizar la educación sin dejar a nadie fuera, el rendimiento es bajo. Aspirábamos a más. Galicia o Castilla-La Mancha, por ejemplo, partían de situaciones similares en la Transición, y hoy están por encima de la media española en educación. Peor que el resultado de PISA ha sido la respuesta de Adelaida de la Calle. ¿Habrá que esperar otros 40 años? Que lo cuenten otros.

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