Consecuencia de la regulación por parte del gobierno, del marco de medidas para la implantación de infraestructuras para los combustibles alternativos en el transporte, se da un nuevo impulso al uso de vehículos propulsados por motores que no dependen del petróleo. Se pretende no solo reducir la gran dependencia de los combustibles tradicionales sino también mitigar el impacto medioambiental. La tendencia es el desarrollo de infraestructuras de carga y vehículos del tipo eléctricos y de gas natural, marcando estas tecnologías las principales líneas de expansión. A diferencia del vehículo eléctrico cuyo uso actualmente es limitado al ámbito urbano por la autonomía que proporcionan las baterías, destacan los vehículos a gas natural, que cuentan con motorizaciones totalmente implantadas en el mercado, que proporcionan autonomías iguales a las de los vehículos convencionales. Estos vehículos están permitiendo mejorar la calidad del aire de nuestras ciudades, ya que reducen en más de un 85% las emisiones de óxidos de nitrógeno y en casi el 100% las partículas en suspensión, principales contaminantes que afectan a la salud humana, y a nivel global, hasta en un 20% las emisiones de CO2, principal gas de efecto invernadero. Además, los motores de gas natural producen hasta un 50% menos de emisión sonora y vibraciones que los motores diesel.

El gas natural es un combustible muy competitivo desde el punto de vista económico si se compara con el gasóleo y la gasolina, ya que se pueden lograr ahorros de entre el 20% y el 40%. Ante la actual situación energética y medioambiental es el turno de las administraciones públicas para el desarrollo y fomento de éstos nuevos sistemas de transporte, facilitando la información y el acceso al ciudadano. La administración central pone en marcha cada año el Plan MOVEA, con el objeto de conceder ayudas a la adquisición de vehículos de combustibles alternativos, está prevista la apertura de la convocatoria del año 2017 en las próximas semanas. Esperemos que a través de esta regulación y mediante los incentivos y la concienciación general se tienda hacia el uso de sistemas de transporte más respetuosos con el medioambiente así como más eficientes energéticamente.